dimarts, 22 d’abril del 2025

El origen carlista de las JONS en Cataluña

UN PEQUEÑO NÚCLEO DE INCONDICIONALES: LAS JONS CATALANAS

Los lectores que se acercan el 14 de marzo de 1931 a los quioscos de las Ramblas pueden descubrir una nueva publicación. Con una tipografía llamativa, en blanco y negro, se lee La Conquista del Estado. Detrás de ella se encontraba un intelectual zamorano radicado en Madrid, Ramiro Ledesma Ramos. Un licenciado en Filosofía y Letras, estudioso de Martin Heidegger y colaborador de La Gaceta Literaria de Ernesto Giménez Caballero y de la Revista de Occidente dirigida por Ortega y Gasset. 

Ledesma conocía Barcelona. En 1923 había residido allí unos meses cuando hacía el servicio militar en el Centro Electrotécnico de Automóviles. En 1930 había participado en el viaje de intelectuales castellanos a Cataluña. Fruto de este encuentro fue la edición de algún artículo suyo en revistas culturales catalanas, como el publicado sobre la Gestalttheorie en la vanguardista Hélix, dirigida por Joan Ramon Masoliver.

Ledesma se ha adentrado en la política. El primer número de La Conquista del Estado reproduce el manifiesto político que habían firmado en febrero una decena de jóvenes. Sus principios: supremacía del Estado, afirmación nacional, exaltación universitaria, articulación comarcal del país y estructura sindical de la economía. Se ponían las bases del nacionalsindicalismo, un fascismo a la española. Y se lanzaban a la búsqueda no de «votos, sino minorías audaces y valiosas». Parece que Ledesma y alguno de sus pocos compañeros se desplazaron ese mes a Barcelona para repartir el manifiesto. Sobre todo, se acercaron a cafés modernos y espacios donde pudieran encontrar oficiales jóvenes y obreros. 

Ramiro Ledesma Ramos
(1905-1936)

La cuestión catalana se convertirá en uno de los temas estrella de La Conquista del Estado. El anticatalanismo era un tema con efecto movilizador entre sectores conservadores y centralistas de la burguesía, una cuestión con la que la opinión pública derechista estaba muy sensibilizada. Ya en abril de 1923, un buen conocedor del fascismo, como era Sánchez-Mazas, en un articulo publicado en ABC advertía de que el fascismo en España seria más antiseparatista que anticomunista. Aunque Ledesma había reconocido, tras su visita a Cataluña, la existencia de un «hecho diferencial», ya en el número dos de la publicación se advenía: «Bien está que Cataluña afirme su derecho a poseer su cultura. A conseguir la eficacia de sus valores Lo que no se puede permitir —y no se permitirá— es un impedir sistemático del hacer español». Advertía de que «frente al hecho diferencial famoso, hay el indiscutible y grandioso hecho español, que obliga a subordinación a todos los demás hechos que surjan». 

Tras la proclamación de la República, el tono anticatalanista de la publicación se vuelve virulento. El principal objetivo de sus puyas es el president Francesc Macià, al que llega a calificar de «fusilable». También pasaron a la acción directa. Serán miembros de La Conquista del Estado los autores de las pintadas contra el propio Macià aparecidas en Madrid durante la visita del president a la capital para presentar el Estatut. Incluso se plantearon realizar un atentado contra su persona, abortado por la policía. 

A raíz de estos ataques, la publicación comienza a tener problemas para ser distribuida en Barcelona. Prácticamente desaparece de los quioscos. Ledesma amenaza con presentarse en la Rambla con medio centenar de amigos a vocear la publicación. Nunca lo hizo. En junio publican la carta de un barcelonés, Rodrigo del Valle, donde afirmaba que «en ningún quiosco de las Ramblas se vende La Conquista del Estado por orden del gobernador civil», aunque reconocía que algún quiosquero, con sorna, le había comentado que la ausencia de los quioscos se debía a la falta de lectores. En julio se denuncia que «los esbirros de Maciá intervienen en Correos todos nuestros envíos. Incluso los números de los suscriptores. Ello sin orden judicial, es decir, arbitrariamente y despóticamente». Alguno de estos belicosos artículos anticatalanistas le costará a Ledesma una condena a dos meses de prisión en enero de 1933. 

En octubre de 1932, ahogada por la censura y financieramente, La Conquista del Estado desaparece. Aún está a tiempo de anunciar en sus páginas la creación de una nueva fuerza política, las JONS, fruto de la fusión del grupo liderado por Ramiro Ledesma Ramos con las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, lideradas por Onésimo Redondo, otro grupo que había hecho del anticatalanismo bandera. Las JONS se convertirán en el primer partido propiamente fascista. Un fascismo a la española, que denominarán nacionalsindicalismo. Las JONS serán los inventores del yugo y las flechas y de lemas como ¡España Una, Grande y Libre! 

Su crecimiento será muy lento. Tras meses de existencia, prácticamente no van más allá de sus núcleos fundacionales de Madrid y Valladolid. A parte de algún excenetista madrileño, los trabajadores, a los que pretende dirigir su discurso nacionalsindicalista, brillan por su ausencia. Ledesma decide visitar Barcelona, el gran núcleo obrero y sindicalista de la Península, para crear un grupo local de las JONS. La Conquista del Estado había conseguido en su día en la Ciudad Condal y alrededores un puñado de suscriptores, españolistas que valoraban su mensaje anticatalanista, violento y claro. Algunos de ellos habían mantenido correspondencia con Ledesma. Entre estos lectores surgirán los miembros de las primeras JONS de Barcelona. 

Ledesma llega a la Ciudad Condal con un nombre en su agenda: Ildefonso Cebriano Regadera. No sabemos a ciencia cierta cuándo se produjo la entrevista entre ellos. Quizá se inició un contacto epistolar en mayo de 1933, cuando vio la luz la revista mensual JONS, órgano teórico de los nacionalsindicalistas. Ahora viene a conocerlo, puede ser la persona que ponga en marcha las JONS catalanas. 

*** 

Ildefonso Cebriano no tiene para nada las características de jonsista ideal. No es joven, ha sobrepasado la cuarentena, no es un obrero, es ingeniero, y políticamente no tiene nada de revolucionario, proviene del reaccionario mundo mellista

Juan Vázquez de Mella
(1861-1928)

Ildefonso Cebriano había nacido en Béjar (Salamanca). Allá estudió, con buenos resultados, en la Escuela Superior de Industria, donde obtuvo el titulo de perito electricista. Ferviente católico y españolista, milita en la Juventud Católica de Béjar. De fácil verbo, ejerce de rapsoda y de publicista católico, además de hacer sus pinitos como actor. Hacia 1914 se traslada a Barcelona para completar sus estudios. En la Ciudad Condal se adhiere al carlismo. En 1915 lo encontramos como vocal de la Juventud del Centro Obrero Tradicionalista del Distrito II de Barcelona y en 1916 forma parte de la junta del Centro Tradicionalista de San Gervasio. Es, además, un ferviente germanófilo, que no rehúye la pelea y sufre algún arresto por participar en altercados con aliadófilos. 

Hacia 1920 empieza a trabajar en la Cros de Badalona. La Sociedad Anónima Cros era una importante empresa química. En 1917, antes de la llegada de Cebriano, sus 700 obreros habían protagonizado una importante huelga en demanda de la jornada de 40 horas. El conflicto, tras la intervención de la Guardia Civil, se saldó con cuatro obreros muertos Desde entonces la empresa mantenía cierta política paternalista con sus trabajadores. La empresa, por ejemplo, no participó en el lockout de 1919. En 1930 recibiría la visita del rey Alfonso XIII a sus instalaciones. 

Cebriano se traslada a vivir a Badalona, una población que pronto llegará a los 35.000 habitantes. En Badalona la escisión mellista tuvo especial relevancia. En 1903 Vázquez de Mella había pronunciado un mitin en la ciudad que había sido el punto de partida de la reorganización del tradicionalismo local y que dejó huella entre los carlistas badalonenses. Cuando el tradicionalismo se dividió, los mellistas controlaron la principal organización carlista local, el Círculo Tradicionalista El Loredán (Albadalejo, 1997). Entre esos mellistas se encontraba Cebriano, que además dirigirá Monarquía Cristiana, portavoz del Círculo. Como hemos visto, El Loredán será la sede de la asamblea que en mayo de 1920 pondrá las bases de la organización del mellismo en Cataluña. Y allá también estará Cebriano como delegado. 

La hegemonía mellista en Badalona será breve. Los jaimistas se hicieron de nuevo con la dirección de El Loredán. Monarquía Cristiana dejó de publicarse en 1922. Tras el golpe de Estado, los mellistas dieron pleno apoyo a la Dictadura y la mayoría ingresaron en la UMN. Es el caso de Cebriano, que en enero de 1924 es elegido vicepresidente del Círculo de Acción Monárquica de Badalona, adherido a la UMN. Ildefonso Cebriano, con la ayuda del canónigo José Montagut, puso en marcha ese año la segunda época de la revista Acción Monárquica. Cuando en mayo de 1924 la UMN badalonesa ingrese en la Unión Patriótica local, la revista se convertirá en el portavoz del partido único en la dudad. Pero a pesar de su militancia upetista, no deja de lado sus contactos con el mellismo barcelonés y en 1924 formará parte de la junta de la Juventud de Acción Tradicionalista de Barcelona. 

A pesar de su intensa labor política y periodística, Ildefonso Cebriano ha tenido tiempo para ampliar sus estudios. Ese mismo año obtiene el titulo de perito químico en la Escuela Industrial de Terrassa. A pesar de su implicación en la realidad catalana, no pierde el contacto con su Béjar natal y participa en la junta de la Colonia Bejarana de Barcelona. A sus casi cuarenta años sigue soltero. 

Ildefonso Cebriano, como admirador de la Dictadura, estará presente en la organización de la visita a Badalona del dictador Primo de Rivera en julio de 1926. Un año después, en junio de 1927, abandonará la Unión Patriótica para fundar el Círculo Social Tradicionalista de Badalona. El Centro sigue la estela del Círculo Social Tradicionalista de Barcelona, constituido por mellistas disidentes del Círculo Católico Tradicionalista. Más que actividad política, prohibida fuera de la Unión Patriótica, se dedican a actividades culturales, religiosas y propagandísticas. A pesar de su apelativo de tradicionalista, el Círculo acepta a Alfonso XIII como rey. A pesar de organizarse al margen de la Unión Patriótica son fervorosos partidarios de la Dictadura de Primo de Rivera. Cebriano es el encargado de su Comité de Propaganda y Acción Política. 

Badalona a principios del siglo XX.
Se presenta a las elecciones municipales de Badalona en abril de 1931 como candidato independiente. Sitúa su sede electoral en el local de la Peña Bosch, la peña paica de Badalona, de la que es secretario tras su creación en 1929. Porque Cebriano es también hincha del RCD Español. Su campaña se centrará en movilizar el voto de los inmigrantes. Sus resultados no le permitirán, ni de lejos, llegar a concejal. 

Con la llegada de la República, como hemos visto, el carlismo se reunifica. Cebriano se reincorpora en abril a la Comunión Tradicionalista. Participa en la reapertura del Círculo Tradicionalista El Loredán en mayo de en 1932. Dura poco. En agosto de 1932, en medio de la crisis interna que vive el carlismo barcelonés, es expulsado. A partir de entonces se debió de ir decantando hacia el fascismo. 

Debió de ser a mediados de 1933 cuando Ledesma contactó con él. Se entendieron y, tras el encuentro, Cebriano se puso manos a la obra. Su objetivo, formar alrededor suyo un grupo de seguidores jonsistas. Cebriano mantenía un estrecho contacto con dos exmellistas con los que había coincidido en el Círculo Social Tradicionalista de Badalona y que también habían sido expulsados del carlismo oficial. Pronto los atraerá a las JONS. 

Uno de ellos era su viejo correligionario José María Parés Esteban, un comerciante con una dilatada trayectoria dentro del tradicionalismo. En 1909, con 18 años, había sido fundador del Requeté de Badalona. Junto con Cebriano había participado en la escisión mellista y había colaborado en Monarquía Cristiana. Fue iniciador y fundador del Sindicato Católico de Dependientes de Comercio, lo que le había costado un intento de asesinato por pistoleros anarquistas. En 1924, junto con Cebriano, pasó a la UMN. Es entonces cuando fue nombrado concejal de Badalona, pasando más adelante a ser teniente de alcalde. En 1927 participa en la fundación del Círculo Social Tradicionalista. José María Parés se convertirá en su presidente. Firme españolista, ayudó económicamente a los albiñanistas y había sido suscriptor de La Conquista del Estado.

El otro exmellista incorporado por Ildefonso Cebriano a las JONS también había estado en la junta del Círculo Social Tradicionalista de Badalona y además era compañero de trabajo. Se trata de Florentino Vegas Latapié. Nacido en Valladolid en 1902, hijo de un militar retomado de Cuba y de una maestra francesa, había realizado un brillante bachillerato en Santander, donde estuvo destinado su padre. A principios de los años veinte se traslada a Barcelona y en 1926 ya trabaja en Cros, donde llegará a jefe de sección. Se casa en 1927 y dos años después se traslada a vivir a Badalona. Ese mismo año inicia estudios de derecho en la Universidad de Barcelona, que finalizará en 1934.

Florentino Vegas provenía del Círculo Social Tradicionalista de Barcelona, el de los mellistas escindidos del Círculo Católico Tradicionalista, que se habían mostrado como firmes partidarios del dictador y del rey y hacían gala de un españolismo sin fisuras. Con la proclamación de la República atenuaron su actividad. En abril de 1932, dentro del proceso de reunificación del carlismo, el Círculo Social Tradicionalista ingresó en Comunión Tradicionalista y pasó a denominarse Círculo Tradicionalista del Distrito I, trasladando su sede a Duque de la Victoria 15. Florentino Vegas Latapié fue elegido presidente. El local fue clausurado por la autoridad en agosto de 1932 a raíz de la Sanjurjada y no fue autorizado a reabrir sus puertas hasta octubre. Fue entonces cuando Vegas y otros, como los jóvenes que acabaron formando la JAE, fueron expulsados de Comunión Tradicionalista. 

Vegas, que también había ejercido de vicepresidente de los tradicionalistas badaloneses, por mediación de Cebriano, acabaría recalando en las JONS, aunque en junio de 1935 lo encontramos como conferenciante de la alfonsina Derecha de Cataluña. Su hermano, Eugenio Vegas Latapié, residente en Madrid y letrado del Consejo de Estado, era uno de los principales impulsores de la revista Acción Española

No será el único técnico de la Cros que atraerá Cebriano. Otro químico de la empresa incorporado a las JONS fue José Maluquer Cueto, «muy inteligente y doctrinario, con fiebre revolucionaria». Había nacido en 1902 y cursado sus estudios de ingeniería industrial en Barcelona entre 1920 y 1926. Viajaba con asiduidad a su Madrid natal, donde frecuenta círculos aristocráticos. Su hermano Alfonso militaba en las filas monárquicas y eran conocidos de la familia Primo de Rivera.

Cebriano aún sumó a las JONS a otro químico de la Cros, José Serrallach Juliá. Nacido en el seno de una familia acomodada de importadores de algodón e hijo de un reconocido urólogo, realizó estudios en Estados Unidos y Alemania, donde se doctoró en 1927 en Ciencias Químicas por la Universidad de Frankfurt con la calificación de sobresaliente y donde también trabajó como profesor. Entre 1930 y 1933 trabaja en Estados Unidos como jefe del departamento de investigación de una empresa química. Tras pasar otra vez por Alemania en 1933, en pleno auge del nazismo, regresa a Barcelona, donde se coloca en la Cros.

Pero el fichaje estrella jonsista será alguien que conocemos bien, José María Poblador. Como vimos, Poblador había sido detenido como cómplice de la Sanjurjada y no había salido de prisión hasta octubre de 1932. Durante 1933 tuvo que seguir frecuentando los juzgados, pues todavía tenía pendientes denuncias por artículos de Reacción. Tuvo un juicio en enero y tres en abril. Uno de ellos por injurias al profesorado de la Escola Normal de la Generalitat, otro por injurias y calumnias contra Miguel Maura. Finalmente seria absuelto. Debió de ser a la altura de septiembre de 1933 cuando Poblador dejó la dirección de Reacción. Más o menos en ese periodo es cuando desde las JONS se contacta con él. Su fama le precede. Arrojado, vehemente, con un discurso cercano al fascismo, con experiencia en la prensa y como dirigente de la fogosa Peña Ibérica. Puede ser un buen fichaje. 

A pesar de colaborar con el carlismo más cerril, las ideas de Poblador hace tiempo que no coinciden con las del tradicionalismo. La religión, a pesar de los artículos en el ultramontano Reacción, no es algo central para él. Tampoco la monarquía. Quedaba la patria, eso sí, su españolismo y su anticatalanismo eran de piedra picada. Y, naturalmente, el uso de la violencia como arma política, la «antipolítica», conceptos todos que lo acercan al fascismo. Su paso a las JONS fue algo natural. 

Parece que fue José Maluquer el encargado de realizar la primera aproximación a Poblador, aunque no era un extraño para Cebriano, que lo conoce del mundillo carlista y de coincidir con él infinidad de veces en Can Rabia, en los partidos del RCD Español. 

Lauro Clariana Lowell
(1912-1938)

El carlismo, sorprendentemente, seguirá siendo la cantera política de la que se nutran las JONS en Barcelona. Los siguientes militantes procederán de la AET, la organización estudiantil carlista. Uno de ellos era el estudiante de ingeniería Lauro Clariana Lovell. Nacido en Barcelona en 1912, es hijo y hermano de carlistas, además de nieto del famoso matemático Lauro Clariana Ricart. Su padre es catedrático de la Escuela de Ingenieros y violinista. En la misma facultad que imparte clases su padre estudia el joven Clariana. Durante el bachillerato ha formado parte de la Asociación de Estudiantes de Bachillerato. Ahora milita en la Juventud Tradicionalista y en el Requeté. Se ha convertido en un buen orador e interviene en mítines de las organizaciones juveniles carlistas. En diciembre de 1931 lo encontramos como escolta de la bandera rojigualda exhibida en la manifestación por la Inmaculada. En junio de 1932 había sido elegido vicesecretario de la AET. Sin renunciar al tradicionalismo, se ha convertido en un admirador del fascismo. 

Así lo deja patente en el acto que las juventudes carlistas organizan en marzo de 1933 en el Círculo Tradicionalista del Distrito I, el de los antiguos mellistas, el que había presidido Florentino Vegas hasta su expulsión. Lo primero que hizo Clariana fue aclarar que el verdadero titulo de su conferencia era «Indiferentes, fascistas y boinas rojas» y no «De trepeldaños», que era el anunciado para evitar intromisiones de la autoridad. En su discurso afirmó «que el verdadero fascismo ha de contribuir a salvar la Patria. Dice que el fascismo en España ha de ser un movimiento nacional y popular, verdaderamente racista y revolucionario, dándose el espíritu y forma de la raza española». Para acabar, se dirigió a los suyos, a los «boinas rojas», «alma y firme baluarte de la moderna cruzada», para decirles que hacía «suyas unas palabras de Hitler de que hay que ir directamente, y con el ejemplo, de cara al pueblo, al que no se debe mentir ni burlar con promesas baratas». 

No fue el único orador que enalteció el fascismo. Cerró el acto el abogado Alfonso Ibáñez Farrán, del integrista Centro de Defensa Social y expresidente de Derecha Social, que ya en febrero de 1933 había propuesto en las páginas de El Correo Catalán una nueva fuerza política inspirada en el fascismo y el nazismo, que él llamaba el nacional tradicionalismo. En esta conferencia volvió a hablar de «el nacionalismo tradicionalista y se declaró partidario del fascismo, estudiándolo y enalteciéndolo».

Pocos días después, el 30 de marzo, El Correo Catalán publicaba un articulo que rechazaba el fascismo desde postulados tradicionalistas. Se puede leer como una respuesta a la conferencia de Clariana e Ibáñez. Los carlistas habían tratado siempre de desmarcarse del apelativo de fascistas con el que les motejaba la prensa de izquierdas. Destacaban las diferencias. Ellos tenían una concepción monárquica del Estado y la religión era uno de los pilares de su ideología, no eran antiparlamentaristas, defienden otro tipo de Cortes, pero no abolirlas, y criticaban la idolatría al Estado que profesaban los fascistas y sus ideas pseudosocialistas. Naturalmente simpatizaban con algunos de sus preceptos: autoritarismo, jerarquía, nacionalismo, anticomunismo, antisemitismo y antimasonismo, pero existiendo el tradicionalismo en España no entendían que se importaran ideologías foráneas como el fascismo. 

Seguramente el de marzo de 1933 sería el último mitin como carlista de Lauro Clariana. De hecho, lleva tiempo tratando de inclinar el carlismo hacia un proyecto fascista. En diciembre de 1932, un grupo de requetés, encabezado por el propio Clariana, había propuesto a la dirección regional carlista fundar una organización revolucionaria de carácter obrerista y disciplina militar con el objetivo de acercar a las masas obreras a un proyecto nacionalista español como el tradicionalista y alejarlas así del anarquismo y el comunismo. 

No serán los únicos carlistas que defenderán ese discurso de retórica obrerista. Algo parecido propondrán los estudiantes tradicionalistas de Navarra en la revista a.e.t. Desde esta publicación, entre febrero y mayo de 1934, se atacó duramente a las derechas económicas con un lenguaje casi socialista, mostrándose partidarios de la reforma agraria y pidiendo la regularización de los beneficios en favor de los proletarios. Se hablaba de una limpieza de la sociedad de políticos y de un Requeté como brazo armado de la revolución carlista que proponían. Clariana se adelantó. 

La propuesta de Clariana, como lo sería la navarra, fue desautorizada por la dirección tradicionalista, pero no desistió y, junto con otros requetés, fundó un fantasmagórico Movimiento Nacional Corporativo de Trabajadores, los Nacos, con un programa claramente fascista. Los Nacos tuvieron un corto recorrido; no pasaron del papel. En lugar de organizar un nuevo grupo, Clariana decidió ingresar en las JONS. José María Fontana dejó escrito de él que era un «falangista entusiasta y extremista. Siempre serio, mesiánico, áspero y reconcentrado, a pesar de su cara de niño» (Fontana, 1951: 336). 

Seguramente siguiendo a Lauro Clariana, se incorporó a las JONS el también estudiante de ingeniería Alfredo Corominas Fernández-Peña, un ovetense que había iniciado sus estudios en Deusto. En 1927 había viajado a Italia con su hermano, convirtiéndose en admirador del fascismo. En Barcelona había ingresado en la AET. En junio de 1932 figuraba como el representante para Ingeniería y Arquitectura de la organización escolar tradicionalista, compartiendo lugar en la junta con Lauro Clariana y Carlos Trías. Además, era oficial de complemento. 

El proyecto jonsista también atrae a más jóvenes procedentes del carlismo. Es el caso de otro antiguo mellista, el treintañero Juan Berenguer Aguilá, originario de Castellterçol, donde dirigía una fábrica textil. Seguidor del RCD Español, jugador de ajedrez y aficionado a la ópera, Berenguer era un firme españolista a pesar de ser un catalanohablante al que le costaba expresarse en castellano. 

Otro joven seducido por el nacionalsindicalismo, ese fascismo a la española, fue el estudiante José María Fontana Tarrats, trasladado de su Reus natal a Barcelona para estudiar. Según él mismo explica: «vi en un kiosko de las Ramblas una revista que se titulaba JONS y que compré en seguida. La devoré materialmente, y me sentí identificado e interpretado. Desde aquel momento me convertí en jonsista, e inicié el contacto epistolar con Juan Aparicio». Incluso le publicaron un artículo en JONS, algo heterodoxo para el españolismo esencialista de la organización, en el que abogaba, a la hora de afrontar el tema catalanista, «no imponiendo un patrón único, sino armonizando la variedad en sus manifestaciones de lengua, costumbres, derechos y necesidades económicas», caminando hacia una «unidad de espíritu y fervor patriótico en la variedad de necesidades, matices y formas». El tema debió de quedar en el intercambio de cartas; no hay noticias de que Fontana conectara orgánicamente con las JONS de Barcelona.

También entre los primeros adheridos figura Vicente Sainz-Calderón Arizmendi, un bilbaíno que trabaja de representante. Su perfil tampoco es muy jonsista; tiene ya 47 años y los negocios no le van mal; es propietario de un yate. Eso sí, provenía del mundo españolista. Lo hemos conocido a finales de 1932 como secretario de la Casa de España. 

Estos serán los iniciadores de las JONS en Cataluña. Seguramente no es hasta finales de 1933 cuando se estructuran como tal. Pronto encontramos una delegación jonsista en Badalona y otra en Barcelona Las JONS tenían diseñada una organización muy jerarquizada. En la base estaban los grupos de diez militantes, la suma de diez grupos daba lugar a la Junta, al frente de la cual había un triunvirato, y a su vez los triunviratos de las juntas de una misma localidad formaban un Consejo Local con otro triunvirato. Todo esto era una entelequia. 

En el caso catalán, todavía más. Los jonsistas catalanes no serían más de una veintena. La junta de las JONS en Barcelona, que debía reunir también a los militantes de Badalona, estaba dirigida por un triunvirato, el formado por José María Poblador, Ildefonso Cebriano y José Maluquer. El resto de la estructura prevista en la teoría no existía. 

En un informe enviado a principios de 1934 por este triunvirato a la dirección, dan cuenta del «ambiente francamente hostil en que nos movemos», entre los atraídos por el «morbo separatista» y unas masas obreras con «vago espíritu de españolidad», aunque en ellas cifran sus esperanzas, porque «solo con la ayuda de elementos arrancados a la organización sindical predominante en la actualidad, podríamos llevar a la práctica una lucha efectiva contra el separatismo». De momento no pasan de ser un «pequeño núcleo de incondicionales».

Las JONS, proyecto nacional revolucionario, nace así en Barcelona ligado a un puñado de militantes procedentes del mundillo más reaccionario, el tradicionalismo, concretamente del mellismo, su variante más españolista e integrista. Y eso que Ledesma Ramos había escrito en junio de 1933 que de los carlistas «la JONS recoge su temperatura combativa, su fidelidad a los nortes más gloriosos de nuestra historia y su sentido insurreccional», pero nada más. En Barcelona también recogió a militantes y dirigentes. 

Además, las JONS apelaban a la juventud, pero, como hemos visto, algunos de sus primeros militantes catalanes ya rayaban o pasaban los 40. Su objetivo era llegar a los obreros, pero la mayoría de sus miembros eran técnicos o comerciantes. También se planteaban como propósito acercarse a los universitarios; de momento militan en sus filas dos o tres de ellos. 

La labor de proselitismo jonsista fue limitada. En el informe de enero de 1934 hablaban de «propaganda personal». Y así fue. La mayoría de los nuevos militantes eran compañeros de Cebriano en la Cros, así como amigos, familiares y conocidos de los primeros jonsistas. Se acercaron a la organización fascista Hilario Sainz-Calderón, hermano de Vicente, o Pedro Parés Rius, hijo de José María Parés, estudiante de derecho, que era uno de los universitarios que habían dejado Barcelona cuando se aprobó la autonomía universitaria. 

Poblador aportó más militantes, sus hermanos, algunos amigos y paisanos suyos. Es el caso del comerciante, con aspiraciones de periodista, Emilio de Lasarte Ronzart, hijo del famoso Julio de Lasarte, capitán de la Guardia Civil implicado en la trama parapolicial del pistolerismo de los años veinte. Su nombre saltó a la fama cuando en abril de 1931 se localizó en su domicilio el fichero que llevaba Capitanía con 6.000 fichas de sindicalistas, catalanistas y comunistas. Como vimos, también estuvo implicado en la trama de la Sanjurjada. Su muerte en 1932 apagó los últimos ecos del caso. 

Poblador también atrajo a algunos ibéricos, como Jaime Massagué Mateu, un cuarentón, empleado en las oficinas de Telefónica, que en los años veinte había sido representante de la católica Asociación General de Empleados y Obreros de la Compañía Telefónica de España y en 1932 tesorero de las juventudes del centro carlista La Margarita. Otros amigos treintañeros de Poblador que se acercaron a las JONS fueron su paisano Guillermo Bosque Lacoma, empleado de comercio, y Santiago Martín Busutil, socio como él del RCD Español y teniente de complemento. Santiago era hijo del propietario de los famosos Almacenes Busutil, dedicados a novedades y género de punto.

Ledesma recordaba en 1935 al grupo barcelonés como «modelo de disciplina, seriedad y preparación» que «en poco tiempo, y con la consigna acertada de combatir a los separatistas por burgueses y a los partidos burgueses por separatistas, lograron dar al grupo, a más de importancia numérica, personalidad política y prestigio» (Ledesma, 1968: 129). Parece una valoración en exceso optimista; ya hemos dicho que en número no pasaron de la veintena y respecto a su prestigio no sabemos que tuvieran ninguna repercusión social; de hecho, no hemos encontrado ninguna nota sobre ellos en la prensa generalista. 

Las JONS barcelonesas fueron pasando por diferentes locales en oscuros callejones, para acabar recalando en la sede de la JAE [Juventud de Acción Española] de la calle Puertaferrisa, donde estos les cedieron una habitación. No necesitaban más, para los pocos que eran y la poca actividad que desarrollaban tenían suficiente. Las antiguas relaciones políticas de Florentino Vegas con los dirigentes de la JAE, con los que había coincidido en el Círculo Social Tradicionalista de Barcelona, debieron de facilitar este acuerdo. Además, la JAE, en proceso de fascistización, veía con buenos ojos a los jonsistas, sobre todo por su aportación doctrinal. Los jonsistas, en su informe de enero, hablaban de cerrar la «etapa definitiva para nuestra constitución», con «la asimilación de algún grupo de carácter fascista de los que atomizadamente existen en esta, gestiones que ya tenemos iniciadas». Se debían de referir a la JAE. El pacto no se cerró porque llegó la unificación con Falange, otro proyecto fascista que había nacido en la ciudad coincidiendo prácticamente en el tiempo.


Tomado de Mota Muñoz, José Fernando (2020) «¡Viva Cataluña española!: Historia de la extrema derecha en la Barcelona republicana (1931-1936)», págs. 106-116

divendres, 4 d’abril del 2025

Entrevista en 1980 a Lluis G. Ventalló, carlista terrassenc i Governador Civil de Lleida l'any 1938

LLUIS G. VENTALLÓ, FRANQUISTA SENSE RECANÇA 

Lluís G. Ventalló i Vergés (1903-1980)

Em va rebre amb una gran cordialitat quan jo vaig anar a trobar-lo, una tarda de començaments de febrer, al seu despatx del Raval. Vaig ensenyar-li uns quants números d'AL VENT, revista que ell no coneixia gaire a fons i vaig comentar-li unes quantes de les entrevistes que he anat fent a distints personatges de la vida terrassenca, de totes les tendencies i activitats. Ell s'ho anà mirant, encuriosit, i acceptà esdevenir un més de la "colla" de "Terrassencs/Terrassenques" sense cap mena d'insistència per part meva. I és que es tracta d'un home acostumat a manifestar-se públicament i a dir les coses sense embuts ni mala consciència, o almenys aquesta és la impressió que jo he tret de la meva trobada amb ell, un home que sol dir el que pensa, ni que el que pensa pugui no agradar a molta gent. 

Ell és Lluis Gonzaga Ventalló Vergés, una de les "vaques sagrades" de la dreta més pura i dura de la nostra ciutat. Una persona que alguns qualifiquen de "nostàlgic", altres d'"ultra" i els més ponderats, simplement de franquista. Però amb la diferència, respecte a molts, que ell ha estat franquista —i franquista convençut— abans i continua essent-ho ara. Perquè Lluís Ventalló —germà del conegut periodista demócrata, catalanista i també terrassenc Joaquim Ventalló— no posseeix "recanvi" de camisa: la seva camisa ideológica continua sent la blava, complementada amb la boina vermella per fidelitat als seus origens tradicionalistes d'abans de la "unificación". 

Vam concertar l'entrevista uns dies després del contacte inicial, a les onze del matí. El seu despatx d'advocat encara en exercici és molt més que el despatx qualsevol d'un professional: és un àmbit on la història del segle —o una part i una interpretació concretes d'ella es fa embolcalladora presència. Hi ha records de l'época que el senyor Ventalló va ser secretari particular del diputat Alfons Sala; o de quan fou per uns mesos governador civil de la "provincia" de Lleida, l'any 38, en plena guerra; o de les seves relacions cordials amb alts personatges de la dreta espanyola més conservadora com Calvo-Sotelo, José Antonio, el General Primo de Rivera o el mateix Franco. Entre altres documents i "peces de museu" que Lluís Ventalló conserva, i amb moltíssima cura. 

COMENÇÀ DE PERIODISTA 

Una trajectòria densa, doncs, i que tot just hem començat a albirar. Una trajectòria que gairebé es confon —com en tot home públic— amb la mateixa vida, i que té els seus origens un 26 de desembre de l'any 1903, quan Lluis Ventalló neix a Terrassa al si d'una família benestant. "El meu pare, Domènec Ventalló Homs, era notari. Però es pot dir que no el vaig arribar a conèixer, ja que quan jo tenia tot just un any ell va morir d'una angina de pit, deixà nou fills, el més gran dels quals tenia quinze anys. Jo era el més petit. Això va portar dificultats económiques a casa, i encara sort que el meu pare disposava d'un petit patrimoni consistent en unes cases, que es van anar venent a mesura que els fills vam anar-nos educant". 

-Quina era la tradició política de la familia? 

-EI meu pare, tot i que no es va ficar mai activament en política, era d'idees tradicionalistes. El meu avi, Domènec Ventalló Llobateras, doctor en farmàcia —i que té dedicat a Terrassa el carrer del Dr. Ventalló—, va ser, en canvi, un polític actiu. Era alcalde de la ciutat al moment que va esclatar la Revolució de Setembre del 1868, de manera que va haver d'entregar la vara al comitè revolucionari, ja que ell era monàrquic conservador. Jo vaig créixer, doncs, influenciat per les idees tradiclonalistes, de les quals no he renegat mal. 

Al cap de dos o tres mesos de morir el pare, la família de Lluís Ventalló es traslladà a Barcelona, i no tornà a Terrassa fins l'any 17 quan un dels germans, Narcís, vingué aqui a establir-se d'advocat. Lluís es decantarà també pel Dret, i estudiarà aquesta carrera com a lliure a la Universitat de Barcelona. "Però el meu primer treball va ser com a redactor del diari "La comarca del Vallés" a partir de 1920. Cada dia em tocava fer el recorregut pels centres oficials de la ciutat buscant notícies, i retallava també coses d'inte-rés de la premsa de Madrid i Barcelona. "La comarca del Vallés" era una publicació fonamentalment conservadora que havia fundat el meu oncle, Josep Ventalló Vintró —que era metge i fou tam-bé alcalde de Terrassa—, i que posteriorment dirigiria el meu germà Narcís" 

SECRETARI PARTICULAR D'ALFONS SALA 

L'u d'agost de 1921, Lluís Ventalló tindrà accés al primer dels seus càrrecs importants. Alfons Sala —home dretà i no gens catalanista, però sens dubte el polític més important que ha donat Terrassa dins la història contemporània— el nomenarà el seu secretari particular. "La meva opinió de l'Alfons Sala és que era un home que es desvivia per Terrassa i per tot allò que fos terrassenc. Un home molt modest. A Madrid es va captar les simpaties de tots els parlamentaris, fins i tot dels d'ideologies completament adverses. Em consta, per exemple, que en Largo Caballero, l'Indaleclo Prieto i fins i tot el mateix Macià el tenien en un gran concepte. Cambó i ell, en canvi, no es portaven bé, perquè estaven enfrontats per la qüestió de l'Estatut d'autonomia de Catalunya. Cambó volia que l'Estatut elaborat pels parlamentaris catalans es portés a debat a les Corts, i en Sala propugnava que s'aprovés primer una llei donant autonomia als municipis. Això passava l'any 18, i d'aquí va venir una polèmica i una lluita que va tenir la seva transcendència a Terrassa. La pugna entre el "salisme" i el catalanisme de la Lliga va ser un episodi molt desagradable de la vida local, que sembrà la divisió fins i tot entre les mateixes famílies". 

-Per a vostè, Alfons Sala i el "salisme" eren clarament anticatalanistes? 

-Evidentment, no eren catalanistes. En Sala propugnava coses a favor de Catalunya, i representava la defensa d'una catalanitat —no pas d'un catalanisme— que mai no pogués derivar cap a un començament de separació. És a dir, propugnava una descentralització administrativa màxima, però deixant de banda les qüestions de sobirania. 

-Quina diferència hi ha, en el seu criteri, entre "catalanisme" i "catalanitat"? 

-Jo considero que el catalanisme és una progressió dinàmica que va augmentant a mesura que passa el temps, i pot derivar fàcilment cap al separatisme. La catalanitat, en canvi, és un sentiment d'amor a Catalunya, però sense contraposar-la per a res a les altres regions d'Espanya. Jo em sento molt català i, a la vegada, molt espanyol. 

Una distinció molt curiosa, aquesta de "catalanisme" i "catalanitat". Però després veurem com la teoria del senyor Ventalló li ha generat també una certa pràctica. Continuem de moment amb el "salistne". "S'ha dit sempre que el "salisme" només representava els interessos dels empresaris, i jo puc assegurar que a en Sala el votaven molts elements obrers i republicans. Ell era un empresari amb sentit social, i una de les seves preocupacions màximes era que es reglamentés tota la qüestió laboral, que no ho estava gens en aquella època. Precisament no fa pas gaire vaig publicar una carta al director a "La Vanguardia" que feta referència a aquest tema, sortint al pas d'unes declaracions que va fer el Josep Benet a la televisió. Benet venia a dir que en Sala era partidari que treballessin les dones i els infants a les fàbriques. Mentida! L'únic que en Sala propugnava és que aquesta mena de treball no fos prohibit, tal com volien els socialistes. Però exigia que fos convenientment reglamentat. 

Lluís Ventalló continuà essent secretari quan Alfons Sala fou, durant quinze mesos del període de la Dictadura —als anys 24 i 25—, president de la Mancomunital de Catalunya, i més tard de la Diputació de Barcelona quan la Mancomunitat fou dissolta per ordre de Madrid. D'altra banda, l'any 28 acabarà de cursar la carrera de Dret, precisament quinze dies abans de casar-se amb Irene Surrallés Palet, neboda del que va ser diputat i dirigent a Terrassa de l'Esquerra Republicana, Domènec Palet i Barba. Es posa a exercir de passant d'advocat al despatx del seu germà Narcis durant les estones que el deixava lliure el seu servei al que després seria primer Comte d'Egara. Però els temps canvien, i la nova dècada portarà un canvi de règim i una nova situació per a Catalunya. 

Luis G. Ventalló Vergés

LA DRETA ESPANYOLISTA TERRASSENCA DURANT LA REPÚBLICA 

-Durant la República, jo em trobava a l'oposició, com és lògic. Vaig passar a ser vicepresidente del "Circulo Tradicionalista", que havia llogat un nou local al carrer Sant Pau —abans ocupava un piset al carrer de l'Era a causa del gran ressorgiment que va tenir en aquella época. Alguns dels seus membres més destacats provenien del "Centro Tarrasense", que representava el "salisme". En Sala, durant aquests anys, va anar perdent el seu gran protagonisme polític d'abans, per raó de les circumstàncies. També vaig ser el director del diari "Crónica Social", que fins aleshores havia estat un diari catòlic i va passar a ser l'organ de la dreta espanyolista de Terrassa. 

-Quina va ser l'actuació d'aquest sector a la nostra ciutat durant la República? 

-Es va fer una coalició amb els antics partidaris d'Alfons XIII, agrupats sola el nom de "Renovació Española" —aqui a Terrassa n'hi havia alguns— i es constituí a tot Espanya una agrupació politica que es deia TIRE ("Tradicionalistas y Renovación Española"). Però no va tenir gaire vigència, i quan José Calvo Sotelo, de retorn de l'exili, va voler reagrupar totes les forces de dreta, va formar-se l'anomenat "Bloque Nacional". Aquest "Bloque", el formàvem, a Terrassa, els tradicionalistes, "Renovación Española" i alguns elements de "Falange", encara incipient. Ens reuníem de forma clandestina. Una fila important d'aquesta època va ser la vinguda a Terrassa d'en Calvo Sotelo, en un cicle de conferències que es va organitzar l'any 35. Van prendre-hi part, entre d'altres, Víctor Pradera, Pedro Sáinz Rodríguez, Antonio Goicoechea i, naturalment, Calvo Sotelo. 

El senyor Ventalló s'aixeca, lleuger malgrat els anys, i va a buscar al seu escriptori un paper on s'anunciava aquella conferència, que va tenir lloc al Teatre Principal el 29 d'abril de 1935 i que portava per títol "El Estado nuevo y la autonomia catalana". La vinculació amb Terrassa d'un dels dirigents cabdals de la dreta espanyola més conservadora d'aquells anys —i autor de la frase cèlebre "Prefíero antes una España roja a una España rota"— va ser intensa, com ho demostra el fet que més de vint anys després de la seva mort, l'any 1957, s'edités a Terrassa el llibre "José Calvo Sotelo: Fecundidad de su vida y ejemplaridad de su muerte". Llibre patrocinat per la "Junta Local del Homenaje Nacional a José Calvo Sotelo". Un dels treballs de què consta aquest volum, "Tarrasa y Calvo Sotelo (a veinte años fecha)". estava signat per Lluís Ventalló. I aquest és el paràgraf referit a l'acte del Teatre Principal; 

"Celebróse éste con un éxito de concurrentes y de entusiasmo, sin precedentes, atestado el Teatro Principal que resultó insuficiente para dar cabida a cuantos ansiábamos oír su voz que, por primera vez, vibraba en Cataluña; tras el acto del Principal, la comida de agasajo, de la que muchos guardaremos imperecedero recuerdo, en una de las naves industriales de la calle de Manso Adey, con la emoción de oír nuevamente su arrebatadora palabra, pletórica de ideas, y en la que cada idea era segura promesa de una futura estructuración de España, distinta y contrapuesta a la desgobernada de entonces bajo aquel régimen que nos precipitaba a la anarquía y al caos y cuyo sectarismo beligerante había de llevarnos a la guerra civil". 

A la Guerra ens aboquem, doncs. Però abans cal completar la llista d'activitats —la "pluja de càrrecs"— del senyor Ventalló durant els anys de la República. L'any 31 entrarà com a auxiliar meritori a l'Escola Industrial de Terrassa, perquè es va produir una vacant a l'assignatura d'Economia Política i Dret Industrial. Ascendirà a encarregat de càtedra el febrer del 32, any en qué és també nomenat secretari de la Cambra de Comerç. Múltiples tasques que vénen a mostrar-nos un home amb gran capacitat de treball i sens dubte molt ben relacionat dins les esferes on es coïa el poder social i econòmic —bé que no, de moment, polític— de Terrassa. I tot això sense deixar d'exercir la seva professió d'advocat ni de secretari d'Alfons Sala, polític ja a l'ostracisme. 

GOVERNADOR CIVIL DE LLEIDA EN PLENA GUERRA 

-En començar la Guerra Civil, jo vaig fugir de seguida. El 30 de juliol del 36 vaig marxar en un vaixell de guerra francès i em vaig anar a refugiar a casa d'un parent a Avinyó (França). Al cap d'un mes va poder venir la meva dona, amb l'única filla que teníem aleshores. L'onze d'octubre vaig entrar a l'Espanya "nacional". Vaig establir-me a Pamplona i vaig treballar dins la Junta de Guerra carlista de Catalunya. Vaig ingressar així mateix al "requeté", a segona línia. Però jo era fervent partidari de la unificació de totes les forces que donaven suport a l'Alzamiento". El mes de desembre del 36 em vaig traslladar a Saragossa amb la família, i vaig ingressar com a tinent al cos jurídic militar. L'any 37 vam anar a Sant Sebastià, on vaig ser destinat a les ordres del governador militar de Guipúscoa. Al mateix temps, l'Eduard Aunós, un català de Lleida que residia llavors a Biarritz i era cap del "Servicio Exterior de Falange", em va nomenar el seu enllaç. I per això, amb l'Emili Matalonga fèiem quasi diàriament el trajecte Sant Sebastià-Biarritz, portant la correspondència de l'Aunós. Va ser aquest qui em va apadrinar per a governador civil de Lleida. 

El nomenament es produirà el 5 d'abril de 1938. "En donar-se ta notícia per ràdio, els "rojos" van detenir a Barcelona la meva mare, que tenia 70 anys, i la van posar a disposició del "Tribunal de espionaje y alta traición", per l'únic delicte que jo era el seu fill. Sort va haver-hi del meu germà Joaquim, en aquells moments canceller de l'ambaixada de la República a Paris, que va fer tots els possibles per resoldre la situació". 

Lluís Ventalló, amb aquesta mena de memòria-arxiu que de-mostra posseir, explica, com si l'hagués viscuda ahir mateix, l'entrevista que va tenir amb el ministre de l'interior, el "cuñadísimo" Serrano Súñer, el dia següent del seu nomenament, a Burgos. "Vaig demanar-li instruccions, i ell em va dir: "Instrucciones, pocas. Honestidad, sentido común y resolver los problemas. Y para cualquier duda que tengas, llamas al subsecretario". 

Alguns terrassencs "refugiats" a l'Espanya "nacional" seran membres importants de l'equip del nou governador civil de Lleida —amb comandament així mateix a la part "alliberada" de la "província" de Tarragona. Terrassencs com Joan Calsina, el doctor Lluís Cistaré i Josep Surrallés —cunyat del senyor Ventalló—, que era periodista i a qui va posar al front del "Boletín Oficial de la Provincia". 

-A Lleida, de problemes amb la població civil, no en vaig tenir gaires. Però si que en vaig tenir amb els militars. Alguns d'ells m'acusaven de massa "catalanista". 

-De massa catalanista? 

-Passava  que jo em negava a parlar en castellà a la gent que rebia al meu despatx que eren catalans. I també em vaig oposar al fet que a les oficines del Govern Civil es col·loquesin uns cartells que deien: "Si eres patriota, habla español". Aquests cartells, encara els conservo. Pot veure'ls vostè mateix... 

Curioses "relíquies" d'una època que més val desar al calaix, ja que oblidar-la seria impossible. 

-Vaig anar a veure el qui m'havia enviat aquests cartells, que era el comandant militar de Lleida, i vaig dir-li: "Mientras yo sea gobernador, estos carteles no se pondrán. Y si usted los ha redactado —vaig afegir—, usted es un separatista. Porque el catalán es un idioma español. Aquesta actuació meva va provocar mals comentaris i jo endevino que va ser el motiu del meu cessament el setembre del mateix any 38, encara que, oficialment, no m'ho digués ningú. 

Un franquista amb idees pròpies? En tot cas, l'individu sempre és preferible al ramat. I seria injust negar-li a Lluís Ventalló una certa capacitat de singularització enmig d'un "ramat" que, de tota manera, va seguir i segueix encara ara fidelment. Com ho demostra el seu llibre "Aportación tarrasense a la Cruzada Nacional", editat a Terrassa l'any 1946. 

-S'ha dit moltes vegades que un dels motius principals que esclatés la Guerra Civil va ser destruir el moviment nacionalista català i per tant, d'alguna forma, Catalunya. Vostè hi està d'acord? 

-No. Jo no considero que l"Alzamlento Nacional" anés contra Catalunya, sinó contra aquella situació d'anarquia que portava al comunisme i que imperava a tot Espanya l'any 36. Si els partits que governaven Catalunya no haguessin format part del Front Popular, les coses podien haver anat d'una altra manera. Les mesures que es van prendre a Catalunya no van ser mesures contra Catalunya, sinó contra determinats sectors catalans. La Guerra s'ho portava. 

Guerra que el senyor Ventalló acabarà a Sant Sebastià —on va, un cop cessat del seu càrrec de governador de Lleida— i després a Mallorca. Allí li ofereixen el govern civil de Palencia o bé de Córdoba. Pero ell tenia més aviat ganes de retornar al seu despatx d'advocat a Terrassa que no pas de dedicar-se a l'alta politica. 

VOCAL DELS AMICS DE LES ARTS 

Quan torna a Terrassa reorganitza, doncs, la seva activitat professional i és un dels protagonistes —com a delegat de justícia i dret del "Consejo local de Falange Española, Tradicionalista y de las JONS", més tard dita "Movimiento Nacional"— de la uniformitzada "vida política" terrassenca dels primers anys 40. És també en aquesta epoca quan el vindran a buscar els directius del C.D. Terrassa-Hockey, ja que els permisos per a "reobrir entitats i associacions no eren tan fàcil d'obtenir en la primeríssima post-guerra, i es necessitava el concurs de persones influents i "ben situades" en el nou Règim. Lluis Ventalló esdevindrà, per tant, president d'aquell club de 1940 a 1948 i, molt més tard, de 64 a 73. Quatre dels seus fills, Santiago, Narcís, Carme i "Quito" —el primer d'ells candidat de "Solidaritat Catalana" en les passades eleccions al Parlament de Catalunya—, han estat jugadors que han portat lluny el nom de Terrassa mitjançant el vehicle del hoquei. 

Peró també el vindrà a trobar —cosa més Salvador Salvatella com a animador principal del ressorgiment dels Amics de les Arts. "Em va assegurar que no farien política, que allí hi alternava gent de tota mena i que molts els coneixien com els "ximples". Vaig acceptar formar part de la junta directiva a partir de 1939 i vaig ser-ne vocal durant uns quants anys". Realment paradoxal aquesta capacitat de diàleg —i la gran cordialitat amb què s'ha desenvolupat aquesta entrevista sembla confirmar-ho a bastament— en un home del qual, per les seves idees i la seva trajectòria politica, hom podria esperar ben bé el contrari. 

Reprèn igualment la seva activitat com a secretari de la Cambra de Comerç —fins a l'any 1969—, i el 45 esdevindrà catedràtic per oposició de l'Escola Universitària d'Enginyeria Tècnica de Terrassa, de la qual ha estat director des de 1960 a 1973. La seva vida ha estat una successió de càrrecs. El més important que políticament exercirà durant aquests anys és el de president de la "Junta Provincial de Libertad Vigilada" al 1944, a Barcelona. Peró és més decisiu, des del punt de vista terrassenc, el seu pas per l'Ajuntament. 

REGIDOR DURANT L'"ÈPOCA CLAPÉS" 

-Vaig entrar a l'Ajuntament l'any 55, elegit pel 'tercio de entidades corporativas". En aquesta primera etapa de regidor —tres anys— vaig presidir la "Junta Local contra el Analfabetismo" i la d'"Enseñanza Primaria". L'any 58 em van nomenar tinent alcalde, i m'encarregaren dels serveis municipals. Entre d'altres coses, jo sóc el responsable del "bateig" d'una sèrie de carrers agrupals que porten noms de patrons d'oficis —per exemple "San Cosme", "San Damián", etc. O relacionats amb la indústria tèxtil, com el carrer de "Béjar". O de regions i països que havien estat dominis de l'Imperi espanyol, com els carrers de "Gibraltar", del "Franco Condado"... Es tractava d'agrupar noms semblants en una zona determinada a fi d'orientar la gent. 

-Quin és el seu judici de l'"època Clapés"? 

-De tots els alcaldes que hi ha hagut a Terrassa durant el franquisme, considero que en Clapés va ser el més important després del que va haver-hi primer de tots, Josep Homs Bages. Josep Clapés no tenia en aquells moments gaire ambició política, però es va trobar en el càrrec a causa del suport que va rebre dels sectors empresarials terrassencs. 

Més responsabilitat encara. "Consejero Nacional de Educación" a partir del 1963 i, a nivell terrassenc, secretari del "Consejo Local del Movimiento" i, més tard, el seu assessor jurídic, en els darrers anys de vida d'aquest organisme. Un organisme que, segons diu ell mateix, "cada cop s'anà convertint més en una entelèquia, perquè la politica de veritat es feia a l'Ajuntament". 

-En definitiva, la seva trajectòria va ser d'estricta fidelitat al Règim. Tanmateix, hi tenia punts de desacord? 

-Home, jo veia que les coses en què podia no estar d'acord eren tan poques! Potser l'única va ser una certa incomprensió que jo notava vers les coses catalanes. Però davant de la seguretat ciutadana que ara no tenim; davant de l'auge económic que abans hi havia —i en el qual jo no vaig prendre part, perquè mai no he estat un potentat ni molt menys—; en definitiva, davant de les moltes coses ben fetes que el Règim va realitzar, la situació actual em sembla gairebé desastrosa. 

PETIT "DICCIONARI" PER A AMANTS DE DEFINICIONS IDEOLÒGIQUES 

Arribats aqui, podriem posar-nos a analitzar molts aspectes de la situació d'abans i de la d'ara. Seria, segurament, entretingut. Però considero notser més operatiu proposar-li al senyor Ventalló un petit "diccionari" de conceptes i de personatges. Un "diccionari" que pot ajudar a precisar-nos el seu pensament actual i que està fet, és clar, amb criteris no alfabètic. 

-Mort de Franco. 

-Vaig tenir un disgust molt gros. Tant o més que el que vaig experimentar a la mort del General Primo de Rivera i de la de Calvo Sotelo, els quals jo havia tractat personalment. 

-Democràcia. 

-Si tots fóssim sants, o àngels, la democràcia seria una cosa molt bonica. Però que el meu vot tingui el mateix valor que el d'un delinqüent... això, no! 

-Capitalisme. 

-L'empresa privada ha d'existir per força. Perquè, d'empreses privades, n'hi ha moltes i pertanyen a molts, mentre que les empreses de l'Estat només són d'un, la qual cosa és molt pitjor. 

-Justícia social. 

-E1 meu concepte de justícia social és que la gent cobri d'acord amb el que treballi. Això sí, sóc totalment contrari a les vagues salvatges, i aplico aquell aforisme jurídic que diu que "no todo lo legal es lícito" a les altres. Perqué, encara que els qui fan vagues puguin tenir raó en un moment donat, tota vaga no és altra cosa que una coacció i un "chantage", que són dos delictes. 

-Fraga Iribarne. 

-Té coses bones i coses dolentes. El comparo una mica al Gil Robles de la República, que en general no tenia una línia gaire coherent. 

-Blas Piñar. 

-És el polític més conseqüent que hi ha avui a Espanya, i no m'amago de dir-ho. Jo el comparo a Calvo Sotelo. És minoritari, és clar, perquè les "èlites" sempre les forma poca gent. 

-Feixisme. 

-Si el feixisme representa un sentit d'ordre i de respecte al principi d'autoritat, hi estic d'acord. Ara bé, jo no m'he considerat mai feixista, encara que alguns m'ho diguin, perquè el feixisme és un fenomen italià. 

-Violència com a forma d'actuació politica. 

-Jo recrimino la violència, vingui d'on vingui. Sóc un home de lleis. Ara bé, cal que el govern sàpiga situar-se en un pla on els ciutadans no es vegin obligats a utilitzar allò que es diu "legítima defensa". Si el govern no sap fer aixó, la culpa que hi hagi violència és d'ell. 

-Adolfo Suàrez. 

-Un desastre, perquè ha traït les idees que abans deia que tenia i, en definitiva, no governa. En conseqüència, vivim en un règim d'anarquia on l'autoritat es troba al mig del carrer. I no passen més coses perquè Deu no vol. 

-Comunisme. 

-Un altre desastre i, a més un crim. Un règim que ha convertit Rússia i altres països en una presó constant, amb manicomis i tol el que vosté vulgui. Jo no concebo que hi hagi a Espanya i a Catalunya, tenint en compte l'individualisme que ens és carcterístic, gent que es declari comunista. 

-Autonomia catalana. 

-Si no representa sobirania i coses que puguin derivar cap al separatisme, la considero bona. De descentralització administrativa per a Catalunya, desitjo la màxima. Peró, tal com van les coses, pot passar algun dia el mateix que els "fets d'octubre" del 34, quan va proclamar-se l'Estat Català. 

Podríem anar allargant més i més aquest "diccionari", però em sembla que n'hi ha prou. A més, l'esposa del senyor Ventalló, que poc abans d'acabar l'entrevista ha entrat al despatx, està una mica nerviosa perqué és hora de dinar. Travessem el passadís d'aquest pis professional —els Ventalló habiten el del costat— que sembla un petit "museu" d'història, més que no cap altra cosa. Abans d'acomiadar-me, Lluís Ventalló em diu que tota la vida s'han portat molt bé ell i el seu germà, el republicà i catalanista Joaquim, perquè gairebé mai no parlen de política. Un pensa, mentre baixa l'ascensor, que és bonic que dos germans que tenen idees tan diferents s'entenguin, però que seria molt més bonic encara que tots els homes i dones i pobles i classes socials, s'entenguessin també sense necessitat que hi hagi entre ells llaços de parentiu. 

Desperto ràpidament del meu somni: Ja sóc al carrer, i la gent és la mateixa de cada dia. 

(Publicada al núm. 29 d'AL VENT, març de 1980)



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