dissabte, 14 de juny del 2025

España, brazo armado de la Iglesia

por José María Gibernau

Nunca desde el tiempo de Judas Macabeo, hubo un pueblo que con tanta razón pudiera creerse el pueblo escogido para ser la espada y el brazo de Dios. (Menéndez y Pelayo. Heterodoxos. Tomo V.)

Y el Pueblo Español, el pueblo predestinado, recibe de ellos (los primeros apóstoles) el principio sublime de la fe católica que constituirá para siempre la esencia inmortal de su nacionalidad.” (La Hora de España. Navasal.) 

Desde la venida a España de Santiago el Mayor y San Pablo, con sus siete discípulos, Torcuato, Ctesifonte, Segundo, Indalecio, Cecilio, Hesichio y Eufrasio, hasta el tercer Concilio Toledano en el que con la solemne abjuración de Recaredo consolídase la unidad católica en nuestra Patria, el pueblo ibero en lucha de personalidad racial, brava y heroica, tanto como en singular combate de caridades, persuasión y ciencia, que perfila San Leandro y remata San Isidoro, forja su recia personalidad nacional, definitivamente integrada por tres básicos elementos: Religión, Cultura y Lengua. 

El avance desbordado del arrianismo, llevado por los cascos de hierro de los bárbaros del Norte, choca violentamente con el ser y sentir cristiano del pueblo español y de nada sirve que Amalarico llegue, en su ensañamiento, hasta torturar a su propia esposa. La superioridad moral del pueblo español se impone y San Leandro, el gran prelado de Sevilla, triunfa sobre Hermenegildo dando el primer paso para la rotunda y solemne victoria del cristianismo consumada en el precitado Tercer Concilio Toledano.

En España ¡oh españoles que vencisteis las tinieblas con la luz de los toledanos concilios! la Iglesia salvó de la barbarie la cultura de Roma. Punto final de carreras desenfrenadas por el imperio del error, es España dique gigante que detiene el poder embravecido que violento arrasa de Norte a Sur. Más tarde campo abonado donde las Etimologías florecen y después, nuevamente, dique que contiene el terrible alud que impulsa de Sur a Norte.

* * *

En esta gruta nacieron España y su Monarquía sobre un altar y el escudo de un guerrillero cántabro... por cetro la Cruz que forman dos astillas de roble atadas con la correa de una espada.” (Vázquez de Mella.) 

La invasión árabe —desbordamiento de una cultura que en su ambición sueña con valores de universalidad— al impulso de un motivo religioso fundamental que, en el aniquilamiento del cristianismo, ve la sola posibilidad de su imperio universal, al dominar España desde Cádiz a Covadonga plantea la lucha con un signo positivo de valor absoluto que la herejía arriana no tenía ni de mucho. 

Frente a ella, la nacionalidad hispana, en la plenitud de su formación moral y material, se encarna en las monarquías que nacen en Covadonga, Borunda, San Juan de la Peña y en la Marca Hispánica. ¡Arroyuelos de sangre y agua —en frase de Mella— que se juntan formando un remanso de gloria en Las Navas de Tolosa, se detienen en la vega de Granada para acrecentarse y penetran triunfantes en el mar océano, rindiendo sus olas y corvirtiéndole en inmenso espejo que tendrá por marco las costas de todos los continentes. En él miró España la grandeza de Dios y su grandeza propia y para alejar las sombras y verle y verse mejor, redujo a cautiverio la luz convirtiendo al sol en lámpara de su Alcázar! 

Comienza la reconquista. La península es el inmenso palenque en el que el caballero español lucha en justa singular con el árabe llevando en su escudo la Cruz, emblema de la Iglesia, señora de sus altos pensamientos, ofendida y en peligro por la ambiciosa invasión. Guerra de Religión. En Clavijo y en Las Navas los ejércitos de España son ejércitos de Dios. Ramiro I y Alfonso VIII, campeones de la Cruz, merecen la intervención divina y con ella, gloriosos vencen. Santos y Reyes luchando unidos. Más tarde, es ya un Rey Santo quien asegura en su reinado la reconquista española, y por fin, la historia conoce con la calificación de católicos a los reyes triunfantes del último reducto musulmán, ¡Con el triunfo de España había triunfado el cristianismo. Porque España era el brazo armado de Dios! 

* * *

En aquel duelo terrible entre Cristo y Belial, España bajó sola a la arena; y si al fin cayó desangrada y vencida por el número, no por el valor de sus émulos, menester fué que estos vinieran en tropel y en cuadrilla a repartirse los despojos de la amazona del mediodía, que así y todo, quedó rendida y extenuada, pero no muerta para levantarse más heroica que nunca cuando la revolución atea llamó a sus puertas y ardieron las benditas llamas de Zaragoza.” Menéndez y Pelayo. Heterodoxos.) 

Ya se oían los “claros clarines” que anunciaban al Mundo el suceso. Ya se hundía en ocaso absoluto la altiva media luna del señorío musulmán. España, brazo de Dios, aun sin concluir la tarea, buscó ya a su alrededor espacio para sus fervores... y cabalgando en tres carabelas marchó a la aventura llevando una Cruz forjada por los frailes de la Rábida que clavó sobre la tierra de un mundo nuevo. La Cruz antes que la espada y la espada con el puño dispuesto en forma de cruz. De terciopelo negro bordado en oro con una cruz roja en el centro la inscripción del Lábaro de Constantino: “Vincimus hoc signo”, era el pendón de Hernán Cortés. Y Vera Cruz se llamó la primera ciudad que fundaron. 

Ardía en misiones el mundo nuevo cuando en Europa el Turco y la Reforma quisieron dar batalla a la catolicidad y Carlos I de España, V de Alemania, no rehuyó el envite. Frente a la Reforma declara noblemente: “Estoy firmemente resuelto a consagrar todo mi poder, mi imperio, y mi vida misma, a mantener íntegro e ileso el dogma católico y las doctrinas de la Iglesia Romana...”; y frente al turco, conquista Túnez y doblega la altivez del soberbio Barbarroja combatiendo como alférez —como él dijera— del Cristo crucificado que llevaba como Capitán General de sus Ejércitos. . 

Y no hay ambición en el César, no. Es España que le impulsa. España que sigue su lucha con Felipe II mientras el señor don Carlos V reza en los claustros de Yuste. 

¡Felipe II! España, recobrada, impone hoy al Mundo las verdades de su historia y asombra y confunde, de entre todas, la gran verdad de Felipe II. “Más quiero perder cien vidas y dejar de ser Rey que mandar sobre hereges.” “Principalmente os encomiendo las cosas de la Religión, pues veis cuanto es menester y cuán pocos hay en el Mundo que curen de ella y así, los pocos que quedamos es menester que tengamos más cuidado de la cristiandad y si fuere menester lo perdamos todo por hacer en esto lo que debemos.” Así hablaba Felpe II y así, sólo pudo hablar un gran rey de España, capitán de los ejércitos de Dios. 

Propagación en Indias, defensa en Europa. Lucha sin descanso en la que España se desangró hasta caer sin fuerzas. No importa. La España de Lepanto había oído pronunciar aquellas palabras de don Juan de Austria: “Peleando con fe en el santo nombre de Dios, muerto y victorioso, gozarás de la inmortalidad.” No se trataba de vivir, se trataba de vencer. Y los españoles murieron pero vencieron. 

¡Alba, Requesens, Juan de Austria, Farnesio!... ¡Flandes, Lepanto! ¡Dios, que orgullo da, siendo español y católico, que mal pudiera ser lo uno sin lo otro, revivir esta época de nuestra historia! Qué orgullo y qué terrible responsabilidad.

Juráis, valientes y leales soldados de Aragón, defender vuestra Santa Religión, vuestro Rey y vuestra Patria, sin consentir jamás el yugo del infame Gobierno francés, ni abandonar a vuestros jefes y esta bandera protegida por la Santísima Virgen del Pilar?” (Juramento de los Voluntarios aragoneses de la Guerra de la Independencia.) 

Dos siglos duró el letargo del coloso. Declinadas las armas victoriosas, encaramóse la humanidad, a la par que sobre España, sobre el Imperio de la cristiandad. Pero, si Dios dijo un día que el Infierno no prevalecerá sobre la Iglesia, mal podía prevalecer sobre sus ejércitos antaño victoriosos. La antorcha de la libertad alumbró una nueva era y la enciclopedia dió su grito de guerra, triunfante y orgiástica en la noche de aquelarre de la plaza de la revolución en París. Ahito de sangre y lodo disfrazó el monstruo su faz repugnante bajo el paletó gris del César Napoleón I y los ejércitos del pecado se lanzaron sobre el Mundo en apocalíptica cabalgata. Un día, sus pisadas resonaron sobre la tierra de España y a su eco despertó don Pelayo en Covadonga y Ramiro I y Alfonso VIII y Fernando el Santo y Gonzalo de Córdoba y Hernán Cortés y Pizarro y don Juan, de Austria... su espíritu se perfiló un momento sobre el cielo de la Patria y a su conjuro, en soberbia rebeldía, cayeron en un Dos de Mayo triunfal sobre el césped de un parque madrileño los cuerpos jóvenes de Daoiz y Velarde, recios capitanes de los ejércitos de España Estaba en lucha la independencia sí, pero la religión se lo jugaba todo en aquella batalla sin cuartel frente al liberalismo audaz, vanguardia del más grosero materialismo. Y el ejército de Dios se lanzó nuevamente al combate. Sucesivamente prendieron hogueras en Zaragoza y Gerona, en Bailén y San Marcial, en Jaca y Arapiles, y el resplandor de sus llamas anunció al Mundo que el brazo armado de la Iglesia estaba nuevamente en pie. 

José María Gibernau Bertrán
(1916-1995)
requeté, procurador en Cortes
y directivo del F.C. Barcelona.
Foto: Archivo Municipal de Bcn
Mucho puede el enemigo cuando abandona la lucha franca y emprende la guerra cruel de falsías y traiciones. Vencido Napoleón y despierta España, en Madrid se pudo cantar: 

Muera Cristo
Viva Luzbel
Muera Don Carlos
Viva Isabel. 

Pero ¡ah! es que España no se hallaba en Madrid. Corría desalentada por las breñas de Navarra oyendo misa primera en un altar de campaña. Tenía por capitán a otro señor Don Carlos, esta vez, V de España. 

Y ha triunfado. Los últimos estertores del monstruo agitan la nieve que cubre los campos de Rusia. El Ejército de España —el brazo armado de Dios— combate en primera fila presintiendo los laureles del vencedor. Pronta a culminar la empresa, España mira a su alrededor buscando una nueva gesta donde emplear sus fervores... 

¡Señor, Señor! No dejéis vuestro ejército. Mucho luchó y sufrió mucho. Pero el descanso, abandono tras la batalla, tiene abismos de lujuria y presagios de derrota. Y tu ejército, Señor —España— más bien quiere batallar... 

JOSE M.ª GIBERNAU 
(Dibujos de Piñana.)

Barcelona, 8 diciembre 1941.


La Prensa (8/12/1941), pág. 4

dijous, 5 de juny del 2025

La represión rojo-separatista en Batea (1936-1938)

Nuestro buen amigo y colaborador José María de Sanjuan nos ha hecho llegar el siguiente escrito que ha dejado para la historia su padre, Francisco de Sanjuan Barrachina (bisnieto del veterano de la tercera guerra carlista Esteban Barrachina, a quien Don Jaime premiara con la medalla de la Lealtad). 

Esta familia de acrisolada lealtad tradicionalista sufrió en sus carnes los estragos de la revolución atea que asoló España en 1936. Y como bien dice, los católicos españoles sabemos perdonar, pero por el bien de la Religión y de la Patria no podemos ni debemos olvidar. 


ESCRITO PARA LA HISTORIA

En el día de hoy, 29 de julio del año 2018, yo, Francisco de Sanjuan Barrachina, natural y vecino de Batea, en la provincia catalana de Tarragona y de 67 años de edad, me siento con el deber moral de relatar los hechos sangrientos y de terror de la Persecución Religiosa más grande que ha habido en el mundo y que también se ejecutó en mi pueblo durante los años 1936, 1937,… estando Batea y media España bajo el dominio Rojo del Gobierno del Frente Popular y la Generalidad de Lluís Companys.

En primer lugar, quiero decir que no lo hago a gusto, preferiría que no se hubiese llegado a esto, más viendo que hasta las familias que lo vivieron en sus propias carnes, son ahora,… sus propios nietos y bisnietos que reniegan del pasado y se suben al carro del odio y el rencor de los cuales fueron víctimas sus propios antepasados, y ya cansado de oír tantas mentiras sobre los acontecimientos ocurridos en Batea en la guerra, me pongo a contrarrestar dichas grandes mentiras.

Tengo en mi poder abundante información de los que fueron sus verdugos, y aunque se haya querido por parte de “gente” que dicen saber todas las cosas, lo único que han hecho es “contar mentiras” de que lo que ocurrió en Batea, fue obra de “incontrolados”.

Nada más lejos de la realidad. Entonces díganme que hacían los miembros del Comité formado en mi pueblo; “de los cuales tengo todos los nombres y de las casas que pertenecían”, al confeccionar las listas “negras” de los que tenían de ser detenidos y preparaban o se inventaban los cargos para que la acusación en el Tribunal Popular que ellos mismos se habían montado con la aprobación de un decreto de “Lluís Companys” (del cual también poseo la documentación), y que acompañaban y también participaban a detener y luego asesinar, y además, con ensañamiento, a toda persona sospechosa de no simpatizar con la Revolución anarco-sindicalista-comunista y separatista, siendo esto así, no solo en mi pueblo, sino en todas las localidades de Cataluña, demostrando así, que no fue esta época de Terror Revolucionario obra de “incontrolados”, sino obra de una perfecta organización y planificación criminal de exterminio del adversario a la Revolución.(Véase el libro. Los (des)controlados de Companys, de Javier Barraycoa o el “L´Omnibus de la mort: Parada a Falset” de Toni Orensanz).

En mi familia nunca se quiso hacer ningún comentario que pudiera crear odio a nadie, de hecho yo me crie jugando con todos los niños por igual; en la escuela nunca supe si sus familias eran “rojos” o “blancos”. De joven, todos nos juntábamos para ir de juerga. En la Hermandad, bailábamos con todas las chicas, y nadie nos dijo nunca con las que teníamos que bailar.

Los acontecimientos que yo aquí relataré, ya los había escrito mi padre Dn. JOSÉ MARÍA DE SANJUAN SUÑE, aunque bastante resumidos y que están en el libro “MIS MEMORIAS”, que en su día escribió Ms. ANTONIO MASCARÓ.

A continuación paso a describir lo que todavía no completaba estos hechos:

PROFANACIONES SACRÍLEGAS.

¡Fecha de tristes y muy amargos recuerdos aquél 24 de Julio de 1936!

No sólo fue la detención descrita de los patriotas lo que, en la historia de este pueblo dejaba ya a las generaciones venideras estigmatizada su memoria. ¡Cuántas más cosas habían ocurrido!

Mientras eran ejecutadas las detenciones, otros elementos del Frente Popular, con escalofriante y vergonzoso cinismo, procedieron a profanar, en el lugar sagrado, las antiguas sepulturas del templo parroquial, levantaron sus losas, desenterraron sus cadáveres, y con alevosía malicia, para hacer execrable y odiosa la memoria del clero, al estilo de las grandes ciudades, los dejaron expuestos en la plazoleta de la iglesia, obligando por un pregón a todo el vecindario, a que fuese a visitar aquella macabra exposición (bajo pena de muerte si no acudía), con el objeto de que se convencieran de los grandes crímenes perpetrados por los sacerdotes, y que así pretendían ocultar a los ojos del pueblo.

¡Que satanismo y que ceguedad, oh Señor!

Pero es más: Ya apareció con todo su descaro el odio a Dios y a la Religión, de los marxistas.

De aquella misma fecha fue el bando, el bando hecho público, para que todos los particulares en sus casas guardasen imágenes o estampas u otros objetos religiosos, los hiciesen desaparecer en la hoguera, conminándolo bajo la pena de muerte.

De aquel mismo día, la profanación sacrílega de todos los edificios religiosos anejos al templo parroquial, la casa abadía, la Santa Capilla del Portal, las de San Roque y San Hipólito, en las respectivas calles de su nombre, habilitadas para el Santo Sacrificio; las hornacinas de San Blas, en la calle del centro y la del Pilar en el extremo oeste de la misma calle.

Todo fue profanado. Todo fue devastado y robado. Los altares destrozados. Las imágenes derribadas, muchas de ellas arrastradas por las calles, y después destruidas y quemadas. Incluso las de las capillitas del calvario, habilitadas para la celebración del Santo Sacrificio y las catorce estaciones de Vía Crucis situadas en la pendiente y la cumbre del montículo, las que no lo habían sido en los días de la República.

La misma suerte corrieron la Capilla de San Juan del Castillo del rio Algars y la Parroquia de Piñeras.

Esta era su tesis y su meta: Hacer desaparecer totalmente de los ojos del pueblo, todo lo que pudiera recordarle a Dios y a la Religión.

¡Que engañados e ilusos! Con el labriego de Nantes, durante la Revolución francesa, se les podía decir: “Mientras en el firmamento continúe el sol, la luna y las estrellas, escrito queda, y con rasgos inconfundibles, el Santo Nombre de Dios.”

¿EXECRABLE PROFANACIÓN DEL SAGRARIO?

Acaso por muchos años, acaso para siempre, permanecerá oculto a los ojos de los hombres, la realidad de este horrendo y sacrílego crimen. No se conocen detalles ningunos acerca de su existencia. Pero son desgraciadamente todos los indicios en favor de la presunción de haber sido perpetrado tan horroroso sacrilegio.

De ninguno se sabe, entre los simples fieles, que hubiese puesto a salvo las Sagradas Especies.

Por otra parte, fácil es que se viesen sorprendidos los reverendos sacerdotes, por la actuación rápida e inesperada de los revolucionarios.

Lo único que se sabe es que ellos fueron quienes rezaron, aquella tarde el Santo Rosario en la Capilla, ante la bendita imagen de la Patrona, la Santísima Virgen del Portal. Y que aquella misma tarde, se adueñaron de las llaves, los elementos del comité, quienes desde entonces, conservaron enteramente el control sobre los edificios religiosos, y bajo su única custodia se encontraron ya en adelante, dichas llaves.

¿Pudieron los sacerdotes medir, en toda realidad, la terrible tormenta que se echaba encima y proceder a la sunción de las Sagradas Formas? ¿Tuvieron tiempo de hacerlo?

No lo sabemos; Pero ante la probabilidad de que fuese consumado tan horrendo y execrable crimen de profanación, no queda más que exclamar con el más vivo dolor y sentimiento: Perdona a tu pueblo Señor.

INCENDIO EN LA IGLESIA PARROQUIAL

Con risas, algazara turbulenta, burlas sarcásticas y soeces de gente beoda y satánica, arrastrando imágenes por las calles y vistiendo ellos sagrados ornamentos sacerdotales, había sido perpetrado el crimen de la profanación, devastación y saqueo del suntuoso y bello templo parroquial, hogar de la fe del pueblo y gloria de las pasadas generaciones.

Por fin, la noche trágica del citado día 24 de julio de 1936, de tan amargos recuerdos para esta villa, fue consumado el gran crimen religioso.

A primeras horas de la noche, prendióse fuego a la Iglesia Parroquial.

Brilló el cielo de Batea con los siniestros resplandores de las llamas, que escapadas por las altas ventanas del edificio parecían más vivas, al proyectarse sobre el fondo de la negra humareda, que se esparcía por todo el contorno.

Durante largas horas, mantúvose vivo el fuego destructor que redujo a cenizas todo el combustible que en el Sagrado recinto se encerraba, y calcinó y requemó gran parte de su decoración. Todo desapareció bajo las llamas; altares, imágenes, asientos, confesionarios, cómodas, ropas, etc.

Solo ante la amenaza de fácil propagación, a causa de los vientos reinantes, a las vecinas casas, que se estaban desalojando a toda prisa, dieron orden rápida de proceder a sofocarlo los miembros del Comité.

¡Providencia del buen Dios! Acaso sin ello, hubiera terminado el incendio, destruyendo la bóveda y asolando el edificio.

( También citamos aquí la destrucción de toda la historia de Batea, ya que fueron quemados los archivos parroquiales y municipales, que contenían entre otras cosas todo lo relativo a las personas que habían vivido en Batea, donde estaban enterrados, casamientos, bautizos y hechos históricos de la organización antigua del pueblo y de sus avatares históricos al largo del tiempo. Hoy no queda prácticamente, nada…)

LA IMAGEN Y CAPILLA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL PORTAL

Destacadísima mención, entre los vandálicos hechos de profanación y sacrilegio perpetrados, durante aquellos días, en esta parroquia, merece la destrucción y el bárbaro ensañamiento con que fue ejecutada, de la bendita imagen de la Patrona, y la devastación y saqueo de su preciosa capilla, que, durante muchos siglos, había sido el sostén y el alimento de la fe y de la piedad bateanas.

Testigos presenciales han facilitado sus detalles.

Eran ya casi las horas de la madrugada del día 25. Una noche de tantas y tan terribles emociones pasadas, mantenía en vigilante insomnio y constante tensión nerviosa a todos.

Una noche sin pegar ojo, en expectante y atenta vigilia.

Bajaban las turbas…Gritos, risotadas, alaridos, cantos soeces acompañaban su paso de triunfo, por la calle mayor, hacia abajo, de regreso de su hazaña de vergüenza, después de prender fuego a la Iglesia Parroquial.

¿A dónde se dirigían? ¿Qué harán? Pronto se salió de duda. La mano briosa de un descamisado mete la llave en el cerrojo de las puertas de la Capilla del Portal. Una vuelta a la misma. Rechinan los hierros. Las puertas quedan abiertas de par en par…

Cuantas otras veces se habían abierto también, para dar paso a muchedumbres devotas de hijos amantes de la Santísima Virgen… Su aparición en el trono de su rico retablo, hacía sentir a cada uno su voz de cariñosa Madre ¿Qué quieres de mí? ¿Qué deseas? Pide hijo mío estoy de gracia. Y ¡cuantos y cuantos habían sido consolados y remediados de su presencia!

¿Era posible que muchos de estos mismos —¡hijos desnaturalizados!— formasen ahora en aquellas masas, ebrias de satánico furor, para insultar y blasfemar a María y destruir su Santa imagen?

Así fue no obstante.

Como una turba insana, penetraron todos en la Capilla Santuario.

Enorme griterío y voces confusas, mezcladas con blasfemias imprecatorias y soeces, tiros con simulacro de fusilamiento de la Sagrada imagen, que solo de pensarse crispa los nervios y las carnes, golpes y martillazos, batahola de objetos que rodaban per el suelo, pasos y ruidos de gente que iban y venían, que entraban y salían, con imágenes y objetos llevados a la hoguera que en medio de la plaza se había encendido…

Por fin, unos momentos de mayor algazara…Era arrastrada por la calle, camino de la hoguera, la bendita imagen de la Madre, nuestra Patrona, la Santísima Virgen del Portal…

¡Cómo al martirio!

Llega al lugar de su suplicio… Es echada a las llamas…Estas más consideradas, como si por última vez quisieran advertir a los sacrílegos, se apartan un poco, llevadas por una ráfaga de viento…Una blasfemia soez…Y un puntapié enorme, que la tira al propio centro de la hoguera…Son la respuesta….¡El crimen quedaba consumado!

¡Batea sin su Virgen del Portal! ¡Un pueblo sin María! ¡Una familia sin su Madre! ¡Que soledad!

¡Temblad ya, hijos buenos de Batea! ¡Va desatado el infierno! Si esto se ha hecho con la Madre ¿Qué se hará con los hijos?

Y temblaron los hijos de Batea, y sufrieron, sobre todo aquellas familias que perdieron algún miembro de sus seres queridos; esposas, madres, hijos, hermanos.

RECUENTO DE PERSONAL.

Por fin, el día 2 de Abril de 1938, entraba victorioso el Ejército Nacional que liberó Batea del dominio Rojo.

A medida que transcurrieron los días de la liberación, aparecía agrandado, en sus sombras la tristeza, el amargo cuadro de dolor, que 20 meses de calvario habían proyectado.

Se hizo del recuento de personas que faltaban. ¡Que desolador!

Ya con seguridad y certeza conocían la muerte de familiares directos:

Dª Rosa Pallarés Genís, la de su hermano, D, Angel acaecida el 29 de Julio de 1936.

Dª Teresa Altés Llorens, también la de su hermano reverendo, D Manuel ocurrida el 6 de Agosto.

Dª Carmen Cabré Vallespí, la de su hijo Rvd. D. Conrado Davos Cabre, asesinado con el anterior.

Dª Esperanza Tarragó, la de su esposo D. Manuel Vallespí Vilanova, que corrió la misma suerte.

Dª Eugenia Ferré Bés, la de su hijo, D. Arcadio Escoda Ferré, Que dejaba dos hijos menores huérfanos de padre y de madre, que fue agregado a los tres nombrados.

Dª Josefa Grau Aguiló, la de su esposo, D. Pablo Aguilo Vaquer, acaecida el 11 de Noviembre, ante las mismas puertas del cementerio de Torredembarra.

Dª Teresa y Dª Amparo Vilanova Vaquer, la de su hermano D. Santiago, Sacado con el anterior de su prisión en el barco “ Rio Segre” y asesinado en las mismas circunstancias.

Así como Dª Constanza Mullerat Marti, y Dª Mariana Sole Montlleó, la de sus respectivos esposos, D.Miguel Freixes Montlleo y D. Baldomero Vaquer Peris, que sufrieron la misma suerte.

Por otro lado, Dª Teresa Altes, madre del Rvd. D. Amadeo Monge Altes, había visto arrancársele de su lado al referido hijo, a quien supo asesinado, a unos tres Kms. De Gandesa el 16 de Agosto.

Quedaban en la incertidumbre, pero sospechando de su trágica acerca de sus familiares, los 27 detenidos el 24 de Octubre y, según noticias, asesinados a la mañana siguiente en el cementerio de Montcada:

Dª Candida Peig Llop, de su esposo Dn. Joaquin Llop Aguiló, y de si hijo D. Elias Llop Peig.

Dª Emilia Altes, también de su esposo, D. Salvador Peris Aguiló y de su hijo, D. Fernando Peris Altes.

Dª Maria Escoda Ferrer, de su esposo, D. Francisco Borrás Vaquer

Dª Eugenia Ferrer Bés, madre de la anterior, de su otro hijo D. Tomas Escoda Ferrer

D. Mariano Piñol Villarroya, de su hijo D. Anastasio Piñol Suñe.

Dª Cinta Vaquer Peris, de su esposo D. Jose Ventura Altes.

Dª Mª Teresa Masiá, también del suyo D. Bautista AguilóFerrús.

Los hermanos menores Joaquin y Luis Vaquer Suñe, ya huérfanos de madre, de su padre, D. Luis Vaquer Martí.

Dª Mª Freixes Montlleó, de su esposo D. Serapio Ripollés Beltran.

Dª. Joaquina Aguiló, asimismo del suyo, D. Bautista Tramunt Riba.

D. Bautista Aguiló y Dª Mª Marti, de su hijo y esposo respectivamente, D. Miguel Aguiló Simó.

Dª Mª Riba, de su esposo, D. Diego Maijo Martí.

Dª Mª Tobia, de su esposo D. Francisco Bes Marti y de su hijo D. Miguel Bes Tobia, participando también de esta angustiosa preocupación, Dª Encaranción Marti Marti, esposa de este último.

Dª Mª Llop Peris, de su esposo D. Miguel Suñé Peris, sintiendo asimismo una punzante inquietud por el paradero y la suerte de su padre, D. Jose Llop Gasull, de su hermano, D. Jose Llop Peris, así como la de su padre, y hermano políticos, D. Joaquin Suñé Paladella y D. Joaquin Suñé Peris.

Dª Mª Altés Borrás, de su hijo José Alvarez Altés.

D. Joaquin Vaquer Pons, de su hijo D. Angel Vaquer Barrachina.

Dª Magdalena Llop, de su esposo, D. Antonio Soler Maijo.

Dª Rita Pubill, de su esposo, D. Miguel Soler Maijo, hermano del anterior, así como sus padres, D. Juan Soler, y Dª Pilar Maijo.

Dª Joaquina Bondia, de su esposo, D. Francisco Marti Montlleó.

Dª Mª Teresa Vaquer, también del suyo, D. Miguel Altés Aros.

D. Miguel Amado, de su hijo, Antonio Amado Canalda.

Dª Tomasa Marti, de su esposo D. Manuel Llop Simó.

Y Dª Rosa Suñé, asimismo del suyo, D. Francisco Suñé Ferré.

Nada se sabía en concreto ni a punto fijo de la situación real y verdadera de los nombrados. Aun en muchos casos, los miembros del comité, pasaban por las casas de los infortunados pidiendo dinero para los que decían que estaban presos, con la excusa de que estaban bien, cuando sabían ellos que ya los habían ejecutado ( el colmo del cinismo y la maldad).

Pero las noticias y conjeturas, coincidían todas en darlos por muertos y precisamente en las circunstancias referidas, cosa que fue más tarde confirmada, desgraciadamente.

¡Amarga y dolorosa situación la de todas estas familias!

¡Terrible página ésta de la historia del pueblo, orlada de sangre y de luto!

¿Cómo empezar de nuevo, con esta losa que pesaba sobre estas viudas, huérfanos, y familias enteras destrozadas por el odio y la sinrazón?

Solamente se podía asumir dicha tragedia desde la enseñanza cristiana del perdón y la misericordia (Esto es de santas personas), frente al deseo de venganza; y esto es lo que hicieron: Perdonar y convivir con aquellos que habían participado y comulgado con estas ideologías endemoniadas.

¡GLORIA A NUESTROS MARTIRES!


Aun después de éstas, otras familias quedaban en angustiosa duda sobre el paradero de los suyos.

D. Francisco Roca Oriol, acerca de sus dos hijos Manuel y Jose Roca Sanjuan, y de su hermano Jose Roca Oriol, llevados detenidos a Tarragona el 28 de Agosto, y trasladados después a diversas cárceles.

Dª Magdalena Suñé Vaquer, acereca de su padre D. Bautista Suñé Paladella, y de su hermano, D. Jose Mª Suñé Vaquer, detenidos con los anteriores.

Dª Miguela Cabes Suñe, Acerca de su esposo, D. Diego Navarro Martinez.

Dª. Mª Rosa Peris Aguiló, acerca del suyo D. Jose Llop Gasull y de su hijo D. Jose Llop Peris, así como Dª Cinta Sole Maijo, esposa de éste último.

Dª. Dolores Suñé Bes, acerca de su esposo D. Jose Mª de Sanjuán Aguiló y de la suerte de sus dos hijos Francisco y Miguel de Sanjuan Suñé también perseguidos y encuadrados; Francisco en la zona nacional, y Miguel encuadrado en los filas rojas.

Dª Mª Llop Peris, según ya queda indicado.

Y Dª Serafina Marques Creixenti, acerca de su esposo D. Tomás Martí Montlleó, llevado juntamente con todos los anteriores a Tarragona al barco- prisión Rio Segre.

Mas, todos éstos por los designios de Dios, humanamente más afortunados, al volver después de casi tres años de doloroso martirio, pudieron volver a ver a sus queridos, retornar a sus hogares ¡Bendito sea el Señor!

Mis Memorias. Rev. P. Antonio Mascaró. Ediciones Altés. 1948


En una ocasión, un señor de este pueblo, y que había pertenecido a los Comités, ya viejo, cual voy a omitir su nombre por respeto “ yo a este hombre lo admiraba por su talento y valentía, y el a mí me tenía mucho cariño”; me contaba lo que él había vivido en el tiempo que perteneció al comité y que se salió de él al ver los crímenes que se querían cometer, y me decía:

“Francisco, yo estoy muy agradecido al pueblo de Batea, y en especial a tu familia, ya que después de la guerra, nadie declaró contra mí; si bien yo ya sabía que no me pasaría nada porque yo no había hecho nada malo, pero al haber pertenecido a los Comités, alguien hubiera podido declarar contra mí y no lo hicieron. Un ejemplo de que no eran iguales los unos y los otros: Los nuestros mataban, y los tuyos perdonaban. Menos mal que la guerra la ganó Franco, porque si no, tú no hubieras nacido, porque en las listas de los que teníamos que matar, entre muchos más del pueblo, estaban también miembros de tu familia”.

Y yo pienso en los que no han nacido; como los hijos que hubiera podido tener ELIAS LLOP PERIS, de casa Rams, ya que fue asesinado con su padre Dn. Joaquin Llop Aguiló; o como Fernando Peris Altes, que también como su padre Dn. Salvador Peris Aguiló fueron asesinados, como Angel Vaquer Barrachina, que era joven soltero, y todos aunque ya eran padres de familia, hubieran podido tener más hijos. En fin, una barbaridad que se intenta borrar creando una leyenda negra de esta historia real, queriendo que la gente ahora crea que los malos eran los buenos y viceversa. Otros que sí pudieron nacer, porque el camión que debía llevárselos a la muerte, se averió y no pudo llevárselos” aunque ya estaban detenidos con la sentencia marcada por el Tribunal Popular de este pueblo”, entre los cuales estaba don Felipe Frisach Huguet y otras diez personas más, que así salvaron su vida de una muerte segura.

Dando finalizado mi relato, doy fe, de que todo lo que aquí he expuesto se atiene a la verdadera historia de los hechos que ocurrieron en mi Batea, y que por mucho que me pese me tengo en la obligación y el deber de contarlos como así sucedieron.


También tengo que decir, que la parte afectada que fue víctima del Terror Rojo i que después resultó vencedora de la guerra, actuaron como buenos cristianos, y a pesar de que hubiesen podido usar la venganza para con sus perseguidores; todos perdonaron a sus verdugos. Así

Batea convivió en paz, prosperó en el trabajo, y se creó un pueblo en la verdadera armonía como debe ser en nuestra querida BATEA.

Francisco de Sanjuan Barrachina

Retablo del altar mayor de la Capilla
de la Virgen del Portal en Batea antes
de su destrucción en el agosto de 1936

DATOS DE LOS MÁRTIRES DE LA CRUZADA 1936/1939 Y DEMÁS ACONTECIMIENTOS IMPORTANTES OCURRIDOS EN BATEA

Escrito en su tiempo por mi padre José Mª de Sanjuan Suñé después de haber pasado por el trance de la guerra.

DOMINIO ROJO, DÍAS DE ANGUSTIA

Según todos los dato, no ocurrió aquí nada hasta el 21 de Julio.

Aún en éste dia,celebraron la Santa Misa ,los dos reverendos sacerdotes que aquí se encontraban; su última Santa Misa sobre la tierra (con sacrificio incruento).

D. Manuél Altés Lloréns, de habitual residencia en el pueblo, y ya retirado, y el Rdo. D. Amadeo Monge Altés, sacerdote Operario residente en el Seminario de Barcelona (hijos los dos de Batea).

El Rbo. D. Miguel Galindo Alqueza, cúra ecónomo, se encontraba en Calaceite junto a su madre anciana ya que era su pueblo natal; Aún por la tarde del 21 martes, se rezó el habitual Santo rosario en la Capilla del Portal. Que pronto habían de cambiar las cosas su rumbo.

Una de las primeras medidas del comité, fue incautarse las llaves de la Iglesia, capilla del Portal, etc con violencia y amenazando de muerte; días 22 y 23 transcurrieron para la población en relativa calma.

PRIMERAS DETENCIONES DE CATOLICOS Y PATRIOTAS

El día 24 de Julio hacia las 9 de la mañana, comenzó la detención y encarcelamiento que duró hasta el atardecer; más de 40 hombres encerrados ¡Terribles horas!

De pronto sonó una terrible voz. Van a ser Uds. pasto de las bestias y adobo de los viñedos.

Allí no faltaban escopetas, fusiles, ametralladoras, etc.

Anochecido ya, desde la torre del campanario, un prolongado toque de campanas semejante al toque de muertos, y otras manos sacrílegas a su vez tocaban por las calles la conocida campanita de los Viáticos, sembrando así el espanto. Por fin, comienzan los interrogatorios, un tiro disparaban al aire después de ser interrogados, después los mandaban a sus casas ¿Una detención sin consecuencias? Pero ya la fiera había elevado su primer zarpazo. Mientras, profanaciones sacrílegas en el templo, capilla del Portal y ermitas todas, después incendiaron la Iglesia; bancos, confesionarios, imágenes, ropas, todo fue quemado. Seguidamente, abrieron las puertas de la Capilla del Portál, fusilaron la Imagen de la Virgen y arrastrandola la quemaron en una hoguera que encendieron en la plaza.

La noche del 3 de Agosto, fuertes aldabonadas en las puertas de las casas. Por orden del comité, que se presenten inmediatamente. ¿Qué cosa querían? La vuelta al hogar de cada uno de ellos, era casi inmediata; dentro de unas horas debían traer en metálico: 2000,10.000, 20.000 pts. Según asignaban. ¡cuántos apuros se pasaron también aquella noche!

Pero la fiera no estaba saciada.

A 39 ascienden en él pueblo las víctimas de la revolución; asesinados a mansalva en los recodos de caminos y ante las tapias de los cementerios. Comienza en el pueblo el capítulo sangriento de la historia.

El 29 de Julio, a pocos Kms. de la población fue asesinado D, Angel Pallarés Genís, guardia civil retirado y según voces, rociado con gasolina y quemado su cadáver.

El 6 de Agosto fueron detenidos en la población los Rvos sacerdotes, D.Manuél Altés Lloréns y D. Conrado Davós Cabré, naturales de ésta villa y coadjutor de Mora de Ebro el segundo, que fue apresado por su propio hermano (El muy canalla), que con su párroco el Rvdo. Conrado Santapau, aquí habían llegado la noche antes pensando estar aquí más seguros. También los seglares D. Manuél Vallespí Vilanova y D Arcadio Escoda Ferré, siendo todos asesinados a unos 3 Kms. De Mora de Ebro.

El día 15, lo fue en la carretera de Gandesa a Corbera,el que fue secretario del ayuntamiento de ésta villa D.Rafaél Solér Gili.

El día 16, se perpetraba el mismo crimen a pocos Kms. de Gandesa con el Rvdo. D. Amadeo Mónge Altés, también hijo de Batea quién espontaneamente se habia entregado al Comité para salvar así las vidas amenazadas de su madre y hermano; Mientras cruzaba las calles iba bendiciendo.

De la misma manera, se tuvo conocimiento de que en Calaceite y a 4 Kms. de la población y en la carretera de Alcolea del Pinár, fue asesinado bárbaramente al pie de un olivo, con los genitales cortados y puestos en la boca lo cual le produjo la muerte por desangramiento, el Rvdo. cura ecónomo de ésta parroquia D. Miguel Galindo Alqueza natural de aquélla villa,

El día 28, otros 15 fueron detenidos y llevados a Tarragona. Por el camino sucedió que al parar el camión pensando lo peor, bajaron los desalmados, y el chofer aprovecha para decirles que no temieran porque tenía orden de llevarlos a Tarragona; Primero en el barco Rio Segre, y en diferentes cárceles, después sufrieron largas condenas,

conmutada que se les hubo la pena de muerte, dictada contra ellos por él Tribunal Popular.

Cuatro de ellos, no obstante: D.Pablo Aguiló Vaquér, D. Santiago Vilanova Vaquér, D. Miguel Freixes Monlleó y D. Baldomero Vaquér Péris, el día 11 de Noviembre, fueron también asesinados en las mismas puertas del cementerio de Torredembarra, y enterrados en una fosa común.

Finalmente el 24 de Octubre, tuvo lugar en ésta villa la última detención de patriotas. Otros 23 fueron aquí detenidos a los que se juntaron después 4 más que lo fueron en Barcelona; los cuales todos encerrados de momento en la prisión del Convento de San Elias fueron trasladados a Montcada y a la madrugada siguiente y ejecutados según las conjeturas e indicios más seguros, después confirmados.


NOMBRES DE TODOS LOS ASESINADOS POR DIOS Y POR ESPAÑA

D. Angel Pallarés Genís

D. Manuel Altés Lloréns Rvdo.

D. Conrado Davós Cabré Rvdo.

D. Manuel Vallespí Vilanova

D. Aracadio Escoda Ferré

D. Rafael Soler Gili

D. Amadeo Monge Altés Rvdo.

D. Miguel Galindo Alqueza Rvdo.

D. Pablo Aguiló Vaquer

D. Santiago Vilanova Vaquer

D. Miguel Freixa Monlleó

D. Baldomero Vaquer Peris

D. Joaquín Llop Aguiló

D. Elias Llop Peris, hijo

D. Salvador Peris Aguiló

D. Fernando Peris Altés ,hijo

D. Francisco Borrás Vaquér

D. Tomás Escoda Ferré

D. Anastasio Piñol Suñé

D. José Ventura Altés

D. Bautista Aguiló Ferrús

D. Luís Vaquer Martí

D. Serapio Ripollés Beltrán

D. Bautista Tramunt Ríba

D. Miguel Aguiló Simó

D. Diego Maijó Martí

D. Francisco Bés Marti

D. Miguel Bes Tobia, hijo

D. Miguel Suñé Péris

D. José Vela Cortiella

D. José Alvarez Altés

D, Angel Vaquer Barrachina

D. Antonio Soler Maijó

D. Miguel Soler Maijó

D. Francisco Martí Monlleó

D. Miguel Altés Aros

D. Antonio Amado Canalda

D. Manuél Llop Simó

D. Francisco Suñé Ferré

Los que después de 29 meses de penoso calvario tuvieron la dicha de salvarse y volver a sus casas.

D. Manuel Roca Sanjuan

D. José Roca Sanjuan

D. José Roca Oriol

D. Bautista Suñé Paladella

D. José Mª Suñé Vaquer

D. Joaquin Suñé Paladella

D. Diego Navarro Martinez

D. José Llop Gasull

D. José Llop Péris

D. José Mª de Sanjuan Aguiló

D. Tomás Martí Monlleó

 

Francisco de Sanjuan Barrachina.