Mosén Tusquets, enemigo acérrimo de la masonería, había publicado en 1932 la obra Orígenes de la revolución española, en la que acusó, con datos y pruebas, a los siniestros «hijos de la viuda» (como se hacen llamar a sí mismos los masones) de haber sido los responsables de la llegada del régimen ateo del 14 de Abril; durante la Segunda República realizó una labor extraordinaria como director de la revista-biblioteca Las Sectas, que alcanzó gran popularidad y en la que colaboraron destacados tradicionalistas como D. Emilio Ruiz Muñoz o René Llanas de Niubó. De gran altura intelectual, años después de la Cruzada de Liberación, que costó la vida a varios familiares suyos, llegó a ser propuesto para obispo, pero rehusó.
Dado el gran interés de la citada conferencia para comprender las causas del aparente triunfo actual en nuestra sociedad del aberrosexualismo y la exaltación del repugnante pecado nefando que provoca la ira divina, hemos querido reproducirla a continuación (la negrita es nuestra):
Fotografía de mosén Tusquets a los 93 años (tomada del diario AVUI, 5/11/1993) |
El pasado domingo, siguiendo el cursillo de conferencias cuaresmales, disertó en la «Mutua de Sant Jordi» el doctor Tusquets sobre el tema «Estrategia masónica».
Empieza el conferenciante diciendo que hoy se nota una reacción favorable al estudio de los problemas masónicos, a pesar de que hace tres años aún suponía la gente e incluso muchos estudiosos que la masonería era un simple fantasma par a asustar miedosos. Habla de los problemas nacionales e internacionales en que ha tomado parte la secta, entre los que destacan el ferrocarril de Tánger a Tetuán y la fortificación de Melilla y la costa, y afirma la posibilidad de una nueva revolución en España provocada por aquella. Afirma que el estudio de los problemas referentes a la masonería tiene importancia, incluso desde el punto de vista social, para atraer a obreros y patronos, hoy en paro o arruinados en virtud de las confiscaciones internacionales del alto comercio masónico.
Dice que el aspecto más interesante de las actividades de los masones es el de la desmoralización sistemática de la juventud, realizada en armonía y de acuerdo con las sectas o fuerzas auxiliares, como el rotarismo, teosofismo, espiritismo y hasta el vegetarianismo naturista.
Expone el programa moral de la masonería tal como lo definió en 1912 Miguel Morayta, primera autoridad entre los suyos, y en el que figura como afirmación fundamental la de que «el hombre no necesita que Dios le enseñe lo bueno y lo malo, porque se lo dictan la naturaleza, su conveniencia y el disgusto que sus actos y los de los demás le producen». En 1914 el mismo Morayta, en un discurso dirigido a los representantes de las logias, añadía que la conducta moral del masón no ha de regirse por principios religiosos, pues el culto a la felicidad y al placer basta para sustituir el culto a las religiones.
Habla de la difusión intensa que cada día se realiza en las logias, de los principios morales de Morayta, y explica la obra de la logia barcelonesa «Democracia» y del boletín «Rectitud» a este respecto, realizada a base de las obras de Freud, Diderot y el doctor Marañón, a quienes los masones llaman nuestro.
Trata a continuación de los trabajos realizados en Barcelona, siendo ponente el H. Cedrón, sobre «Rusia y la destrucción de la familia», en los que se obtuvieron las siguientes conclusiones:
Primera. «El rompimiento de los vínculos familiares, egoístas, sería un gran bien par a la Humanidad si ésta, evolucionando, hallase el medio de sustituirla en un mayor desarrollo del espíritu de fraternidad.»; y
Segunda. «El incesto no existe entre los animales y los salvajes. ¿Por qué la Iglesia lo hace delictivo?»
Habla después de las sectas auxiliares, íntimamente unidas con la masonería, estudiando sucesivamente el espiritismo, el teosofismo, el rotarismo, el naturismo y las actividades socialistas filomasónicas.
Afirma el conferenciante que la masonería trabaja con la finalidad de obtener una sociedad amoral e impura, en la que sólo ponen dos límites al sexualismo: el de la propia salud y los derechos de los otros y en los que las personas se dividirían en dos clases, por razones de eugenismo.
El doctor Tusquets acaba diciendo que si queremos una sociedad que no sea pagana, la salvación de los adolescentes y el alto patronazgo de la Madre de Dios, hemos de poner los medios, vigilando y obrando rectamente en los baños, en las lecturas, en las revistas y en las escuelas. La Virgen pondrá lo demás, y en vez de la sociedad amoral masónica obtendremos la que Dios ha de presidir en la tierra, edificada sobre las ruinas de la revolución y la anarquía.
El público numeroso y selecto que asistió al acto siguió con toda atención la conferencia y aplaudió al final con verdadero entusiasmo.
EL SIGLO FUTURO (6 de abril de 1935), p. 3
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